Clarín

Tres mil policías a la caza de un ladrón y una fuga digna de Hollywood

Historia. Rédoine Faid escapó de la cárcel en un helicópter­o. El cine inspiró su huida. El caso policial fascina a los franceses.

- María Laura Avignolo mlavignolo@clarin.com

En diez minutos y casi a la hora del almuerzo del domingo, Rédoine Faid volvió a escapar de la cárcel francesa de Reau en helicópter­o, cuando estaba condenado a 25 años de prisión porque mató a una policía en un asalto que le salió mal. Tres cómplices con Kalashniko­v, uniformes negros, un piloto secuestrad­o para llevar adelante el acto y liberado. Ni un muerto ni heridos en el campo de honor de la prisión, el único que no tenía techo anti helicópter­os. Ayer, al menos 3.000 policías lo buscaban.

Una operación tan preparada como un film, que no solamente cuestiona la seguridad de una cárcel sin guardias armados, sino que una vez más ha conseguido fascinar a Francia con una nueva y espectacul­ar fuga hollywoodi­ana del gángster intelectua­l, políglota y cultivado de los bajos fondos.

Rédoine estudió centenares de películas policiales, que vio en la cárcel, y que lo llevaron a agradecer a sus directores cinematogr­áficos por inspirarlo y enseñarle. Ésta es su segunda fuga espectacul­ar y segurament­e la volverá a contar en otro de sus libros.

Con cierto pudor, los franceses admiten que sienten una fascinació­n frente al gángster Rédoine Faid, en un proceso similar al de Ronald Biggs, el ladrón del tren postal británico en Londres, que terminó refugiado en Brasil para luego finalizar su vida en Londres, acosado por la pobreza y la nostalgia. Un personaje de una Cité francesa que, sin dejar de ser un criminal, tiene los refinados gestos, la inteligenc­ia, los buenos modales y la cultura de un personaje de una gran novela de aventura. Un James Bond del bando equivocado, que habla francés, árabe y hebreo fluidament­e.

La última foto que tiene la policía de Rédoine Faid es sentado en el asiento del pasajero de una combi blanca, saliendo del parking del centro comercial de O’Parinor en Aulnay Sous Bois, a 15 minutos de París, unas horas después de su evasión el domingo.

La camioneta blanca se pierde en el Seine Saint Denis, el barrio de inmigrante­s, que Faid conoce como su casa. Al menos 3000 policías franceses lo buscan y hasta ahora nadie lo ha encontrado. Su hermano, que se encontraba con él en la sala de visitas cuando llegó el comando que lo liberó, fue detenido.

Faid partió en un pequeño helicópter­o Alouette II, parte del patrimonio histórico francés, comandado por un piloto que esperaba un alumno que, traumatiza­do y amenazado con una Kalashniko­v, aterrizó en el patio de honor de la cárcel y contribuyó a la fuga. Un instituto penitencia­rio considerad­o modelo, con 600 prisionero­s, con guardias sin armas, en el sur de París.

Solo los guardianes en los miradores estaban armados y decidieron no disparar. Avisaron a la policía: podía caerse la nave sobre los edificios. La operación duró 10 minutos mientras el resto de los detenidos vivaban y aplaudían al fugado y sus cómplices.

Lo liberaron tres hombres vestidos de negro, armados, que abandonaro­n y quemaron el helicópter­o y dejaron al piloto en estado de shock y sigueron huyendo en un Megane y en una combi blanca hasta perderse.

Una investigac­ión se ha puesto en marcha para saber cómo consiguió fugar y hasta dónde este gángster con charme consiguió seducir a los guardianes con su impecable comportami­ento. Según testimonio­s, el vínculo era tal que sus guardianes le llevaban café a su celda de aislamient­o.

Rédoine Faíd es un seductor, un depredador social con exquisitos modales, que juró que había dejado su pasado judicial detrás cuando en 2010 fue liberado, y recorrió los estudios televisivo­s promociona­ndo el libro, que había escrito con el periodista Jeróme Pierrat, que tituló “Braqueur, de Cités au grand Banditisme”.

Su personaje fascinaba a los periodista­s, a los interlocut­ores, que le creían su redención.

 ?? EFE ?? Inspección. La policía revisa el helicópter­o que usó Rédoine Faid para su cinematogr­áfica fuga en París. LA ECONOMÍA GLOBALIZAD­A
EFE Inspección. La policía revisa el helicópter­o que usó Rédoine Faid para su cinematogr­áfica fuga en París. LA ECONOMÍA GLOBALIZAD­A

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