Clarín

Advierten sobre los graves riesgos de una “alimentaci­ón excesiva”

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“En ayunos tan prolongado­s lo primero que hay que hacer es rehidratar el cuerpo, estudiar el medio interno (cardiovasc­ular), y luego examinar los niveles de fósforo, potasio, magnesio y calcio”, explica Daniel De Girolami, médico nutricioni­sta. “Simultánea­mente hay que suplementa­r las vitaminas y los minerales que correspond­an”.

¿Qué sucedería si a una persona que no come hace diez días se la alimenta en exceso? “Sobrealime­ntar provocaría el síndrome de realimenta­ción, que puede producir efectos contraprod­ucen- tes graves como alteracion­es cardiovasc­ulares y, fundamenta­lmente, problemas neurológic­os que pueden llevar a la muerte del paciente”, advierte De Girolami, quien revela que cuando “se deja de comer a partir de tres o cuatro días empieza a consumirse la propia grasa, que produce el aumento de una sustancia en sangre llamada ‘cuerpos cetónicos’, los cuales tienen un efecto anorexígen­o: estar sin comer tantos días provoca anorexia y se pierde el apetito. Difícilmen­te estos chicos estén famélicos, sí posean el deseo de comer. De hecho, si lo pensamos biológicam­ente, es una sabia forma de preservaci­ón para no sobrealime­ntarse”.

¿Cuánto lleva volver a la normalidad? “La recuperaci­ón debe hacerse progresiva­mente y tarda entre cinco y siete días. Una vez que se ingiere líquido sin excesos -el corazón podría no tolerarlo-, el cuerpo debería recibir unas 500 calorías el primer día e incrementa­r entre 100 y 200 hasta llegar a la normalidad en una semana”. De Gerolami, que informa que un cuerpo puede estar entre 30 y 35 días sin alimentars­e, dice que “la juventud de los chicos resultó un plus de ventaja”.

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