Nahir, en su hora decisiva: el tribunal define si la condena a prisión perpetua
Es la pena que pidieron la fiscalía y la querella. La defensa de la chica espera una sentencia más atenuada.
Once audiencias, sesenta horas totales en las que pasaron más de setenta testigos. Cinco abogados, dos fiscales y tres jueces. Videos, fotos, mensajes, audios. Contradicciones, falsos testi- monios, dudas y certezas. Todo eso dejó el juicio a Nahir Galarza que hoy llega a su fin. A las 11 de la mañana se conocerá la sentencia a la joven estudiante de abogacía acusada de asesinar a Fernando Pastorizzo.
La autoría de los disparos ya está probada. La propia Nahir confesó que le disparó a Fernando. Ahora lo que se definirá es la pena que puede recibir la chica, que oscila entre los tres años de cárcel, por un homicidio culposo, hasta la prisión perpetua, por un homicidio agravado por el vínculo (lo que pidió el fiscal) y hasta una eventual premeditación y alevosía (lo que solicitaron las querellas).
El Tribunal, compuesto por los jue- ces Mauricio Derudi, Alicia Vivian y Arturo Dumont definirán el futuro de la joven, mientras que en la previa un grupo de amigos de amigos allegados a la familia Pastorizzo organizará una marcha en forma de vigilia para “agradecer a toda la gente por el apoyo durante todos estos meses” y reafirmar el pedido de “justicia y perpetua para su asesina”, indicaron los organizadores.
En el caso de que le otorguen la pena máxima, el caso podría ser histórico. Si bien no hay datos oficiales ni registros nacionales, Clarín se comunicó con la Corte Suprema de Justicia, el Ministerio de Justicia y la Procuración Penitenciaria de la Nación y en ninguno de los tres organismos recordaron algún caso en el que una mujer tan joven fuera condenada a perpetua.
Para eso será fundamental definir cuál era la relación que unía a Nahir con Fernando. Si los jueces prueban que eran novios, como afirman los abogados de los padres de Pastorizzo y el fiscal, Nahir podría recibir esa pena que la mantendría presa por 35 años, acusada de homicidio agravado por el vínculo.
Los abogados de la chica durante todo el juicio intentaron sostener que los jóvenes no eran novios, sino que tenían una relación ocasional. “No éramos novios, nunca fuimos. No co- nozco a sus papás ni salgo con sus amigos. Sólo nos veíamos de madrugada para tener sexo”, dijo Nahir en su declaración ante los jueces.
La defensa de Nahir intentó también mostrar que ella tenía relaciones con otros chicos, para desacreditar el supuesto romance con Pastorizzo. Uno de los jóvenes que presentaron en el juicio como su novio “oficial”, Rafael, negó que estuviera en pareja con la chica: “Somos amigos con derechos”.
El disparo accidental será clave para determinar si a Nahir le cabe una pena por homicidio doloso o culposo. Según los querellantes, Nahir planificó matar a Pastorizzo y se aprovechó de su indefensión. Según la defensa, los dos disparos fueron sin intención. Según contó Galarza, él llevaba el arma cuando viajaban en la moto a gran velocidad. Aseguró que al doblar en una esquina, la moto tambaleó y ella le sacó el arma. Entonces, dice, se le disparó por accidente. La chica afirmó que “quedé como boba” por el ruido y se agachó a ver cómo estaba Fernando. Y que, entonces, volvió a disparar por accidente.
Pero los peritos que declararon en el juicio pusieron en duda esta versión. “En mis años de experiencia jamás vi o me enteré de que a una persona se le escaparan dos tiros de manera involuntaria”, dijo ante los jueces Javier Azcué, técnico en balística de la Policía de Entre Ríos. Las posibilidades de que el primer disparo fuera sin intención son de “un 50 y un 50”, dijo el especialista, pero descartó que el segundo tiro también haya sido accidental: “Me pasó de conocer o de presenciar casos de tiros accidentales. En ese momento la persona suelta el arma, se le cae, se asusta”.
Nahir también podría ser condenada por homicidio con alevosía, pero un atenuante podría reducirle la pena. Un caso similar ocurrió con Susana Freydoz, esposa del gobernador de Río Negro Carlos Soria. Esta situación se daría si hubiera querido matar a Pastorizzo por ser víctima de violencia de género. “Lo maté porque nunca me iba a dejar en paz”, le dijo Nahir a Giulana Viera, una amiga que cursaba con ella en la facultad de abogacía. ■