Clarín

Guillermo acumula figuras y desafíos para la doble competenci­a

Ante la eventual salida de Pavón, el arribo de Zárate le da al técnico variantes de nombres y también de esquemas.

- Matías Bustos Milla mbmilla@clarin.com

Mauro Zárate no fue una prioridad para Boca. Sí una oportunida­d. Su arribo a un plantel sobrecarga­do de mitad de cancha hacia adelante se explica como una opción en el corto y el mediano plazo antes que como una urgencia. ¿Por qué llega, entonces?

Guillermo Barros Schelotto tiene en mente no sólo la Copa Libertador­es para este semestre. En cada refuerzo que pidió siempre planificó apuntando a la actualidad y al futuro. En Mauro Zárate también ve eso. Porque con 31 años, el exVélez puede ser una solución inmediata y también una figura más allá de 2018. Algo más: ¿cuánto hubiese costado Zárate si Boca lo iba a comprar? ¿Cuánto hubiese desembolsa­do para encontrar una figura como esa ante la eventual partida de Pavón? El acuerdo con el Watford inglés, dueño del pase, apenas se acerca a los tres millones de euros. Diez millones menos de lo que en River pagaron por Pratto. El combo cierra: jerarquía a bajo costo.

¿Cómo puede insertarse Zárate en Boca? Para el DT, el primer semestre de Tevez fue regular. Incluso en algunos partidos lo terminó reemplazan­do. Sin embargo, también es consciente de que el peso del Apache es decisivo en sus compañeros y en el rival. Para sacarlo debe entrar alguien capaz de ser determinan­te. Zárate lo es. ¿Entonces jugará por Tevez? No, pero puede ser un plan B a toda la estrategia del Mellizo, quien cada vez que habló con el jugador le recordó el rol protagónic­o que puede tener al jugar por primera vez en un equipo grande. ¿La Selección fue también una tentación? La vidriera de Boca posicionó apellidos como Pavón, Benedetto, Nandez, Barrios y Fabra, entre otros, en distintos selecciona­dos. Brillar en Boca no es igual a hacerlo en otro lado. También las sombras son más difíciles de sobrelleva­r.

En el club saben, además, que hasta que el mercado de Europa no cierre, la posibilida­d de una venta de Pavón está latente. Por eso incorporar­on al colombiano Villa. Y con Zárate, ante la salida de Pavón, el equipo puede mutar. Tanto, que el regreso de Benedetto (si está en plenitud desplazará a Wanchope) puede encontrar a Zárate a su lado. También puede jugar más retrasado, en un 4-2-3-1 con el exVélez detrás del 9. Con Mauro, el DT gana en opciones todavía más interesant­es a las que puede aportarle Cardona (seguiría hasta diciembre) o Reynoso, a quien quiere poner a punto para que sea interior.

El riesgo, quizá, está en agrupar apellidos de peso que generen quejas: al fútbol juegan once. Pero Boca no sólo quiere la Libertador­es: también buscará el tricampeon­ato. Para eso necesita tener jerarquía que evite que distintos equipos impliquen distinto nivel, algo que le pasó el último año con lesiones que afectaron el armado. Claro que juveniles como Maroni (¿se va?) o Almendra perderían espacio, pero al menos este semestre no se trata de especular. Y Zárate, en la mirada de Guillermo, puede ser futuro para Boca. Al cabo, una oportunida­d que apareció y se aprovechó. ■

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