Una, dos, mil conferencias de prensa

El periodismo deportivo maneja el arte de la opinión como pocos otros. En los mundiales, y tratándose de la Selección, se advierte más que en superligas locales y copas argentinas. Por estas horas también trascendió que Sampaoli estuvo analizando contrarrestar esa tendencia invirtiendo la carga de la prueba; es decir, su agente de difusión particular le habría recomendado dar conferencias de prensa cada 15 minutos. Ahora es demasiado tarde, pero se pensó en cuatro conferencias por hora para saturar de noticias la cobertura, impidiendo supuestos y desbaratando conjeturas.

La iniciativa buscaba potenciar el derrame constante de información. Ni más ni menos que una estrategia para terminar de una vez por todas con la cultura del panelismo. Noticias cada 15 minutos. Un noticiero de la Selección más allá de las novedades. Por ejemplo: Messi se subió las medias. Gabriel Mercado desayuna cereales. “El Plan Sampaoli” se basaba en generar una atención tendiente a que se discutiera sólo lo que él decía. Apenas em- pezara a debatirse si los cereales eran buenos (o no) para el desayuno de los futbolistas, una nueva conferencia. Un nuevo título. Impedir que se aceitaran los mecanismos de la opinión. Entrenamientos a puertas abiertas con jugadores que tuvieran micrófono incorporado y cuando el panelismo no supiera si Agüero o Higuaín, otra conferencia de prensa. Esa lógica. Ese timing. O cuando el periodismo deportivo empezara a utilizar el consabido modo potencial, otra conferencia. Mil sampaolis por semana para crear la Selección que más comunicara en la historia de los mundiales.

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