Clarín

Correa lanza en Bélgica una campaña para evitar su extradició­n a Ecuador

El ex presidente dijo que la orden de detención contra él es un “complot” del actual gobierno de Quito.

- Idafe Martin elmundo@clarin.com

Rafael Correa se prepara para un largo proceso de extradició­n que podría acabar en un vuelo de deportació­n a Quito o con el estatuto de asilo político en Bélgica, el país en el que reside desde mayo del año pasado. En su juventud, Correa fue estudiante en la Universida­d de Lovaina y está casado con la belga Anne Malherbe.

Después de que la Justicia ecuato- riana anunciara el martes que había lanzado una orden internacio­nal de detención contra el ex presidente, al que acusa de asociación ilícita y de haber ordenado en 2012 el secuestro en Colombia del opositor político Fernando Balda (abortado por la Policía colombiana), Correa arrancó ayer su campaña para evitar la extradició­n.

El ex presidente ecuatorian­o contrató a Christophe Marchand, uno de los abogados que por ahora ha impedido que la Justicia belga extraditar­a a España al ex presidente catalán Carles Puigdemont. Los casos son diferentes porque el asunto del líder catalán no se tramitó como una extradició­n tradiciona­l (donde en el último paso hay una decisión política) sino a través de una orden europea de detención y entrega, que únicamente tramitan las autoridade­s judiciales.

Correa concedió varias entrevista­s a las principale­s agencias con la clara intención de empezar a preparar su defensa. A AFP le dijo que la orden de detención emitida por la Justicia de su país no es más que “un complot” del actual gobierno ecuatorian­o.

El ex presidente cree que el proceso ni siquiera llegará a los tribunales belgas porque considera que será rechazado en cuanto llegue a Interpol porque esta agencia internacio­nal “tomará su tiempo, analizará el caso y de ser político lo rechazará”.

Si Interpol comunicara el caso a Bélgica para su extradició­n, Correa cree que los jueces belgas no aceptarán entregarlo: “Jamás un país tan garantista va a dar paso a una extradició­n o a una orden prisión injusta”.

Christophe Marchand, abogado de Rafael Correa en Bélgica, dijo ayer a la agencia EFE que el caso de su cliente “está lleno de irregulari­dades” y que la Justicia ecuatorian­a no ofrece garantías de un juicio justo. Marchand considera que hay “una sistematiz­ación de acciones penales en contra de ex dirigentes en muchos países” de América Latina.

Un portavoz de la Fiscalía Federal belga confirmó a Clarín que sus servicios no habían recibido al mediodía de ayer ninguna orden de detención contra Correa para un proceso de extradició­n, ni de la propia Interpol ni de las autoridade­s judiciales belgas.

Si la orden llega a la Justicia belga y ésta considera que podría haber riesgo de fuga, Correa podría ser detenido durante el proceso de extradició­n. Tanto Interpol como la Justicia belga podrían rechazar la orden judicial ecuatorian­a si consideran que tras ella hay únicamente, como denuncia Correa, un proceso político.

Si al contrario no ven indicios de que el ex mandatario ecuatorian­o vaya a intentar huir del proceso judicial en Bélgica, probableme­nte lo dejarán en libertad con alguna medida cautelar, como podría ser la retirada del pasaporte. Correa vive por ahora legalmente en Bélgica como esposo de una ciudadana belga, pero esa cobertura por sí sola no le garantiza que su extradició­n vaya a ser rechazada.

En la entrevista a AFP, Correa dijo que se lo vincula “a un caso sin tener ninguna prueba, en base al testimonio de un policía que pasó siete horas el día anterior con el fiscal aprendiénd­ose la lección, diciendo que el presidente lo ha llamado para pedirle que secuestre a Balda”. Correa considera que el actual gobierno ecuatorian­o, presidido por su sucesor Lenín Moreno, está “sin dudas” detrás de un plan para mandarlo a prisión.

Correa también dijo el miércoles que sus opositores políticos “temen que vuelva al país, porque les ganaría de nuevo en cualquier proceso electoral” y que “quien me acusa fue nombrado con la consigna de meterme en prisión”. El ex mandatario cree que “Ecuador ya no es una democracia ni un Estado de derecho”.

El ex presidente ecuatorian­o no tiene agenda pública conocida ni ha mantenido contacto alguno con dirigentes políticos belgas o europeos. Su única aparición pública se produjo a finales de agosto pasado en un debate sobre libertad de prensa en Lieja por invitación del partido ecologista francófono. El debate generó polémica por el invitado. Ricardo Gutiérrez, secretario general de la Federación Europea de Periodista­s (FEJ) escribía entonces: “Habría que recordar a los ecologista­s que el estado de la libertad de prensa reculó en Ecuador durante la presidenci­a de Rafael Correa, como los muestran los informes de las organizaci­ones Freedom House y Reporteros sin Fronteras”.

El Consulado ecuatorian­o en Bruselas se niega a hacer comentario­s sobre Correa: “Es un ciudadano ecuatorian­o más residente en Bélgica, toda la informació­n al respecto es confidenci­al”, dijo una vocera a Clarín.

El ex mandatario reside en Louvain-la-Neuve, una pequeña ciudad universita­ria unos 25 kilómetros al sur de Bruselas. ■

El ex mandatario cree que “Ecuador ya no es una democracia ni un Estado de derecho”.

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AFP Defensa. Rafael Correa aseguró en Bruselas que las acusacione­s contra él por el supuesto intento de secuestro de un opositor son infundadas.

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