Tenía 16 años, salió de noche y dos adultos la dejaron muerta en un hospital
Los hombres quedaron detenidos y otro está prófugo. Se investiga si a Valentina la drogaron y si abusaron de ella.
Valentina Urbano, una adolescente de 16 años, salió en la noche del martes a divertirse, como otra veces. Pero algo le pasó, y de madrugada llegó muerta al Hospital San José, de Campana. En cámaras de seguridad de esa ciudad bonaerense quedó registrado cómo dos hombres, de 36 y 40 años, la bajaron de un auto y la depositaron en la entrada del hospital para que la ayuden. Pero ya era tarde. Según el director del centro de salud, Juan Marcelo Medina, aunque se intentó reanimarla durante 35 minutos, murió de un paro cardiorrespiratorio, por causas que ahora indaga la Justicia.
Matías Ferreiros, el fiscal de Campana que quedó a cargo de la investigación, le confirmó a Clarín que los dos adultos fueron detenidos y que se estaba buscando a un tercero, hasta anoche prófugo.
Ferreiros contó que, según los resultados preliminares de la autopsia, Valentina murió por un paro cardíaco a raíz de una insuficiencia respiratoria. Afirmó además que está esperando las pericias complementarias toxicológicas y, también, los resultados del hisopado anal y vaginal que se le practicó al cuerpo, para saber qué produjo ese cuadro.
Sobre la existencia de restos de cocaína o alcohol en su cuerpo, el fiscal sostuvo que “los informes preliminares se abocan más a lo físico-mecánico, que determinan si hubo lesiones o laceración de alguna víscera”, y que “hasta ahora no hay nada de eso”.
Tras realizar allanamientos en las vivienda de los dos hombres, donde se encontraron drogas, Ferreiros considera que Valentina “pudo haber formado parte, no sabemos cómo, de una velada de drogas y alcohol en la que la joven, que sufría un problema delicado de salud, pudo haber sufrido una insuficiencia causada por estar inmunodeprimida”.
El fiscal dijo que por ahora a los hombres se los acusa por una “infracción a la ley de drogas”: haberle dado sustancias prohibidas a una menor de edad. Pero señala que eso podría cambiar, dado que no descarta que haya sufrido un abuso sexual. Y hasta se consideraría un posible homicidio, si las pericias determinaran que murió por sobredosis.
Se trata de una hipótesis que la familia de la adolescente rechaza, así como cualquier vinculación de su hija con “la noche y los excesos” . “Valen era una chica sana, no consumía drogas ni tomaba, tampoco salía con mayores. Tenía 16 años, era una chica amorosa, una hija compañera y la mejor amiga”, dijo la mamá, Patricia Gallardo, quien añadió que su hija vivía con su padre, Sandro, pero “tenía las llaves y venía cuando quería”.
Entre el dolor, la incredulidad y la bronca, Gallardo conversó con Clarín tras despedir a su hija en el Cementerio de Campana. “Ella no estaba en cualquiera, y a los que la ensucien y difamen los llevaré a la Justicia”, advirtió la madre de Valentina, la más chica de cinco hijos. “Hasta ahora - agregó- no sabemos nada, no conocemos a esos hombres ni qué pudo haber pasado, pero si de algo estoy seguro es que no era una chica que causara problemas o diera disgustos.”
Sobre lo que pudo ocurrir en la noche del martes, Gallardo sólo sabía que iba a salir con una amiga. “Yo me quedé dormida, hasta que a la mañana llamaron del hospital a Daiana, mi hija más grande, quien me sacudió con la noticia”, graficó.
“Es una pesadilla -definió-, no puedo creer que yo haya ido al funeral de mi hija. El sábado habíamos hablado de un viaje que Valentina haría pronto a Misiones para conocer a su abuelo materno y también me había contado de sus ganas de dedicarse a la peluquería, oficio del que quería vivir.”
Agustín (18), uno de los hermanos, también habló con Clarín: “Está claro que la engañaron, ella era una piba sana, que disfrutaba la vida como cualquier chica de su edad, pero están diciendo boludeces cuando la relacionan con la droga, el sexo y el alcohol. Puede que la hayan drogado contra su propia voluntad, pero no participó de ninguna fiesta sexual”.
“Por convivir con ella, conozco bien a mi hermana y sé qué clase de chica es. Y si bien no estábamos todos los días pegoteados, ella era sencilla, dulce y soñadora, y le gustaba bailar cumbia y reggaeton. De su vida sentimental no tengo idea, sólo sé que se juntaba con los de su edad, ni siquiera con mis amigos. Voy a extrañar sus abrazos”. ■
Mi hija era una chica sana. No consumía drogas, no tomaba ni salía con mayores”. Patricia Gallardo
Mamá de la víctima