Clarín

Llegada, apogeo y salida de los 12 técnicos de la Selección en los últimos 40 años

DT. De Menotti a Bauza, dos títulos mundiales, un oro olímpico y dos Copa América y ahora todo es incertidum­bre.

- Enrique Gastañaga egastanaga@clarin.com

En esa especie de guerra fría llena de silencios, a pesar de compartir concentrac­ión y avión desde el domingo a la madrugada hasta este miércoles, habrá un perdedor que no podrá coronar el deseo de sostenerse en su cargo: Jorge Sampaoli. Tanto Claudio Tapia como Daniel Angelici se encuentran decididos a cambiar el rumbo de la Selección aunque el contrato firmado con el técnico abarca hasta Qatar 2022. Lo que todavía no se adivinan son los matices de la salida del casildense. ¿Cómo será su capítulo final? ¿En cuánto se parecerá al epílogo de otros entrenador­es celestes y blancos?

César Menotti. El Flaco marcó un antes y un después en la Selección. La organizó. La jerarquizó. La hizo respetar. Ganó el Mundial 78 en Argentina, pero desilusion­ó en España cuatro años más tarde. Su contrato vencía en diciembre de 1982. Se reunió en enero de 1983 con Julio Grondona y no hubo acuerdo. Según el presidente de la AFA, “la traba fue económica”. En realidad, Don Julio, astuto, le ofreció una suma menor a la que venía percibiend­o para que no aceptara. No le habían cerrado algunos aspectos del último tramo. Había visto actos de indiscipli­na de algunos jugadores y había notado a Menotti demasiado permisivo.

Carlos Bilardo. El DT más exitoso en la historia de la Selección, campeón de México 86, cumplió su contrato y luego del subcampeon­ato de Italia 90, culminó su ciclo. No hubo conflictos. Primero, no encajaba en el gusto de Grondona: Julio, bien de Independie­nte, no quería a uno de los máximos referentes de la escuela de Estudiante­s por diferencia­s de paladar futbolero; lo definía como “el antifútbol”. Al final, se estableció una relación muy fuerte entre ambos que se extendió en el tiempo, más allá de algunas idas y venidas.

Alfio Basile. Tras ganar la Copa América de Chile en el 91 y la de Ecuador en el 93, ese primer ciclo del Coco se ensució con el 0-5 ante Colombia. Ya con Maradona en el equipo desde el repechaje, el Mundial también entusiasma­ba, pero el dóping de Diego, acabó con todo. El sueño se terminó en octavos de final. Ahí Basile finalizó su lazo con la Selección.

Daniel Passarella. “Estoy con la ropa prestada. Ya no soy más el técnico de la Selección. Estoy dando mi última conferenci­a por educación y respeto a ustedes que están acá”, sentenció el Kaiser al grupo de periodista­s que lo esperó en L’Etrat, el día después de la eliminació­n en cuartos de final contra Holanda en Francia 98. Tuvo cortocircu­itos con Grondona, pero también había cumplido su contrato.

Marcelo Bielsa. Soportó la eliminació­n en primera ronda del Mundial 2002. Reconstruy­ó a la Selección y en 2004, más allá de perder la final de la Copa América en forma muy apretada, acababa de ganar el oro olímpico en Beijing. Pero se concretó lo que le había avisado su hermano Rafael a Clarín durante la Eurocopa de ese mismo año en Portugal: renunció. “Noté que la energía que exige absorber todas las tareas de ser entrenador ya no estaban. Ya no tenía ese impulso”, argumentó el Loco. Había más: su pedido no correspond­ido por Grondona para que protestara ante la FIFA por la no cesión de un par de jugadores que estaban en Europa. Aparte, la relación entre el DT y el presidente de la AFA: era casi nula.

José Pekerman. El ícono de los Selecciona­dos Juveniles, que había elegido a Bielsa para dirigir a la Selección, se hizo cargo ante la salida del Loco y plantó un equipo que ilusionó en Alemania 2006, pero llegó hasta cuartos, derrotado por los locales en los penales. “Esto se terminó. Es un ciclo que está finalizado y no voy a seguir”, afirmó José un rato después de la eliminació­n en la que se le había reprochado dejar sentado en el banco a Lionel Messi, el genio que empezaba recién a iluminar.

Alfio Basile. La segunda experienci­a del Coco en la Selección se cerró antes del final de su contrato. Renunció en 2008, tras una racha negativa en las Eliminator­ias. Siempre se rumoreó que Messi y compañía le habían hecho una cama. Nunca lo había aclarado, pero hace muy poco blanqueó: “No me fui de la Selección por culpa de los jugadores. Los dirigentes querían armarme el equipo. No terminé mal, pero tampoco estaba bien como en la época que ganamos todo. Julio había cambiado mucho, no era el mismo de los 90. Cuando estábamos juntos, él tenía una ferretería y me hablaba de frente. Después se convirtió en un capo de FIFA y las cosas cambiaron”.

Diego Maradona. No pudo resistir la eliminació­n por goleada contra Alemania en cuartos de final de Sudáfrica 2010. Ahí venció su contrato. El Comité Ejecutivo de la AFA votó no renovársel­o por unanimidad. Diego había sido desgastado por Grondona, quien le había puesto como condición para continuar que sacara de su cuerpo técnico a Alejandro Mancuso y que se rodeara de otros colaborado­res. Dijo no y su etapa se acabó.

Sergio Batista. La Copa América 2011 que se jugó en Argentina culminó con la Selección diciendo adiós en cuartos de final frente a Uruguay. La AFA dibujó una salida elegante. “Batista habló con Grondona por teléfono y dejó a considerac­ión del Comité Ejecutivo librar la acción futura sobre su permanenci­a al frente de la Selección. Y la Comisión de Seleccione­s Nacionales ha decidido rescindir su contrato. No fue despedido”, dijo Ernesto Cherquis Bialo, por el por ese entonces vocero del organismo. Había sido echado.

Alejandro Sabella. A pesar de ser subcampeón del mundo en Brasil 2014, no quiso renovar su contrato y se alejó de la Selección. Pachorra lo explicó así: “Ser DT de la Selección es desgastant­e, necesitaba un descanso, no estaba para dar lo que exijo. No iba a ser útil para la Selección, porque no iba a poder dar el 100% que les pido a los demás. Si no podés dar el 100 por 100 no honrás las conviccion­es que tenés. La Selección es un trabajo tremendame­nte desgastant­e. Hoy por hoy estoy relajado. Me veía después de los partidos, en alguna foto, y estaba más viejo”.

Gerardo Martino. Manejaba a la Selección con templanza. Había pasado por dos Copa América sin derrotas y perdiendo las finales por penales. Nueve días después de la de Estados Unidos y a un mes de los Juegos de Río 2016, el Tata pegó un portazo. “Debido a la indefinici­ón en la designació­n de nuevas autoridade­s de la Asociación del Fútbol Argentino y a los graves inconvenie­ntes para conseguir conformar el plantel que represente al país en los próximos Juegos Olímpicos, el cuerpo técnico de la Selección ha decidido presentar su renuncia en el día de la fecha”, explicó la AFA a través de un comunicado. El caos dirigencia­l se devoraba a Martino, que además llevaba siete meses sin cobrar.

Edgardo Bauza. Había sido elegido por la Comisión Normalizad­ora y su gestión había padecido diversos temblores. Apenas asumió Claudio Tapia como presidente de la AFA decidió echar al Patón, aunque durante unos días dejó que corrieran múltiples rumores desgastánd­olo al extremo. “Le hemos comunicado a Bauza que deja de ser el técnico de la Selección Nacional”, informó Chiqui en la puerta de la AFA. Luego, llegó Sampaoli.

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