Clarín

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Natalia Oreiro pasa de ser sumisa a violenta por obra de una “sanación” en esta comedia subida de tono.

- Pablo O. Scholz pscholz@clarin.com

Re loca

Comedia. Argentina, 2018. 94’, SAM 16. De: Martino Zaidelis. Con: Natalia Oreiro, Diego Torres, Fernán Mirás. Salas: Hoyts Abasto, Village Caballito, Showcase Belgrano.

Los personajes que de un momento para otro experiment­an un cambio en sus actitudes no son necesariam­ente locos. Pero sí son muchas ve- ces necesariam­ente protagonis­tas de películas en tono de comedia.

Pili (Natalia Oreiro) lo es en Re loca. Tiene su vida más o menos organizada, hasta que un mal día todo le sale para atrás. Su marido (Fernán Mirás) no pagó la cuenta del gas, se lo cortan y se ducha con agua helada. Un vecino da fiestas todas las noches y no puede dormir. Se despierta mal y llega tarde a una reunión laboral, que luego se suspende. La maltratan en la calle. Una joven le quiere quitar su puesto de trabajo. Su amiga no la escucha. Su terapeuta (Diego Peretti) tampoco. Y así.

“Hace tanto que hago lo que debería que no sé lo que quiero”, le dice a su ex (Diego Torres). Hasta que, como decíamos, cambia repentinam­ente, a partir de una “sanación espiritual”. Y entonces Pili, al realizar una “ceremonia” para “alinear sus acciones con sus deseos”, cambia. Y dice y hace lo que se le da la gana.

Se libera, hasta se droga y se vuelve agresiva, ofensiva, violenta.

Todos los personajes en Re loca son estereotip­ados. Su hermana Isabel, que tiene un gato y busca en la mascota lo que no tiene en la vida, y está como alejada de la realidad, lo mismo que su amiga Valeria, a la que su novio la dejó, o la joven influencer con millones de seguidores en redes sociales que es completame­nte hueca. Tampoco se salvan los roles masculinos, empezando por el marido vago, su hijo que bardea y menoscaba a la protagonis­ta y filma una porno en su dormitorio, el ex que se deja manejar por su inminente esposa, el inútil dueño de la agencia de publicidad, y los taxistas, que la insultan y hasta le tiran cigarrillo­s prendidos. Atento Viviani.

El personaje del sanador espiritual es muy distinto del de la versión es- pañola (que también adaptaba una original chilena). Allí Santiago Segura -que era a su vez el director- componía a un chanta que se compraba la película, mientras que aquí Hugo Arana juega en otra cuerda. En vez de gurú es... ¿Qué es? Y en lugar de brebaje, Pili bebe vino, leche, sangre y orina.

Claro que como todo está contado en tono de comedia, no hay que tomar nada en serio. O demasiado en serio.

Está Natalia Oreiro en todas y cada una de las escenas, y prueba que es una comediante nata. Así que lleva todo el peso de las acciones sobre sus hombros.

Entonces sí, se podría entender que hay que reírse de la cosificaci­ón de la mujer a la que se la quiere parodiar. Y que si Pili se vuelve violenta, más que una liberación, es una bobada. No una locura.

Re loca segurament­e sea un éxito de taquilla. Porque tiene buenos momentos, por sus intérprete­s, porque es una comedia y porque el lenguaje soez o procaz entendido como comicidad también tiene sus adherentes. ■

 ?? UIP/PARAMOUNT ?? Pili y su ex. Oreiro y Diego Torres, pareja probada.
UIP/PARAMOUNT Pili y su ex. Oreiro y Diego Torres, pareja probada.

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