Salió de prisión y quiere dar cátedra
LUIS “EL GORDO” VALOR
Es uno de los ladrones más famosos del país. Estuvo casi 24 años preso y va a dar una charla a jóvenes.
Luis “El Gordo” Valor (64), el famoso líder de la “Superbanda” de asaltantes que en los 80 y los 90 atacaba bancos y camiones blindados, pasó más tiempo preso que en libertad en las últimas dos décadas. Su nombre, apellido y hasta su apodo son sinónimo de “ladrón”. Más de 50 golpes y una fuga de película de la cárcel de Devoto le han dado un lugar entre los delincuentes más conocidos de la historia argentina. Ayer, a horas de haber “agotado la última pena” en el penal de Bolívar, de haberse reencontrado con Nancy Colazo, esa mujer que tantas veces lo fue a esperar a la salida de prisión, anunció que volverá a renovar los votos del no robarás y que buscará hacer el bien: dará una charla para adolescentes en un comedor de San Miguel, porque asegura que “no quiere que lo vean como un ejemplo” de delito.
Luis Alberto Valor González (64) fue liberado de la Unidad Penal N°17 del Servicio Penitenciario Bonaerense, ubicada en la localidad de Bolívar. Y hasta allí lo fue buscar Nancy, la mujer de su vida, y con quien anoche volvió a dormir en una casa de la zona de Pilar después de cuatro años de haber estado tras las rejas. Antes, paseó por el barrio de Once y almorzó en una pizzería, donde le dijo a Infobae: “Esta vez va en serio: me retiré del choreo y a la cárcel no pienso volver más. Que quede clarito: no voy a robar más”.
“El Gordo” Valor protagonizó decenas de episodios resonantes. En 1994 escapó a los tiros de la cárcel de Devoto, descolgándose con sábanas por la pared exterior del penal, disfrazado de guardia y junto a cuatro de sus laderos. Entre ellos, su mano derecha: Hugo “La Garza” Sosa. A aquel escape le siguieron 244 días en la clandestinidad y un intento frustrado de robar un camión de caudales en La Reja (Moreno), vestido como operario vial para cortar el tránsito.
El ladrón que supo ganar enemigos entre los policías que lo perseguían - y que negoció con la Bonaerense más de una vez-, nació en San Fernando el 15 de octubre de 1953. A los 14 se juntaba con jóvenes asaltantes en un baldío cercano a su casa. Y antes de los 20 ya había caído preso por robar un Ford Fairlane modelo 60. Ahí empezó su historia con el delito.
“En el penal de Olmos conocí a grandes pistoleros que me enseñaron el oficio. Robaban con traje y gomina. Eran señores del hampa. Eso me salvó porque me terminé haciendo ladrón. Y cuando salí , me dediqué a robar. Pero para mí y mi familia”, supo decir alguna vez.
De profesión tornero, en 1986 se integró a una banda de asaltantes para reclutar miembros en las villas del Conurbano. Para 1991 ya era el líder de un “ejército” de hombres que sabían disparar fusiles FAL, ametralladoras, Itakas y escopetas. Les adjudicaron más de 50 golpes que planificaron con pericia. Bajo su mando había al menos 20 delincuentes “estables” y 60 “itinerantes”. Era la famosa “Superbanda” que robaba bancos y blindados en los ‘80 y ‘90 y que hizo conocido su nombre.
La condena más alta para Valor fue a 24 años de cárcel, luego de que le unificaran una de 20 por el golpe frustrado a un camión blindado en La Reja, Moreno -donde cayeron un sargento de la Bonaerense y dos delincuentes- del que siempre negó haber participado, con otra por una decena de asaltos a transportes de caudales más otras penas.
Aquel golpe frustrado al blindado lo dio estando prófugo tras la fuga de la cárcel de Devoto. Y no tuvo éxito porque al camión lo vigilaban, de manera encubierta, una veintena de policías camuflados en un colectivo.
Después le llegó la condena a siete años por fugarse de la cárcel de Villa Devoto. En 2007, tras 15 años detenido, fue beneficiado con una excarcelación porque no estaba firme su sentencia. Pero no pudo evitar la tentación. Y dos años después cayó otra vez, tras protagonizar una persecución y tiroteo que finalizó dentro de un country de Pablo Nogués.
La condena llegó a fines de 2012 y fue de otros siete años. En la madrugada del 1° de mayo de 2014 le dieron una “libertad asistida”. Salió de prisión y juró que no volvería a robar. Pero apenas dos meses después, quiso evadir un control policial y lo capturaron en una camioneta llena de armas y manejada por un cómplice, en Bella Vista. Por ese episodio fue sentenciado a cuatro años de encierro, que vencieron ayer.
Se calcula que Valor cometió más de 50 robos a blindados y bancos en los 80 y los 90.
“Yo no hice nada. Cometí el error de subirme en el coche equivocado. Estaba por el buen camino, con muchos proyectos”, relataría Valor en una entrevista posterior a su último arresto. “¿Alguien puede pensar que salí a robar teniendo esas posibilidades y disfrutando de la libertad con mi esposa?”.
“La calle está peligrosa también para un ladrón como yo. Hoy cualquier pibito te mata por un celular o un reloj trucho. El delito es pasado para mí”, había dicho desde la cárcel.
Hasta allí lo fue a buscar ayer Nancy Colazo, como tantas otras veces. Mañana ya tienen una cita. Tal vez allí, “El Gordo” Valor jurará que no volverá a robar, como ya lo ha hecho otra veces, pero lo que sí hará será contar su experiencia frente a los adolescentes de la fundación “Comprometerse más”, del barrio San Blas, de Bella Vista, en San Miguel.
“Él sabe que muchas veces hablan de lo que hizo como una hazaña, pero es consciente de que no es ningún héroe. La idea es que se lo pueda transmitir a los jóvenes para que no caigan en el delito”, le dijo a Clarín su defensor oficial, Juan Manuel Casolati. “Empieza una etapa nueva de su vida, pensó que lo mejor es cambiar a través de la ayuda a los otros”. ■