Clarín

La aplicación funciona pese a los ataques y los frenos judiciales

Se lanzó a principios de 2016. Tiene bloqueado el pago de tarjetas y la declararon ilegal.

-

Antes de los "caza Uber", antes de la amenaza al secretario de Transporte de la Ciudad Juan José Mendez, hubo un camino. Uno que empezó un domingo, dos años atrás, cuando a la hora del almuerzo familiar, Uber desembarcó en Buenos Aires.

Fue el 27 de marzo de 2016. Un solo tuit - “¿Querés ser tu propio jefe manejando con Uber?”- desató la polémica. Y en horas, mientras los sindicatos de taxis empezaban a amenazar con paros, Uber desplegaba la misma táctica que emplea en el resto del mundo: imponerse y después - quizás- adaptarse a la legislació­n local.

En Buenos Aires todavía no lo hizo, pese a decenas de causas judiciales abiertas, pagos con tarjeta de crédito bloqueados y la calificaci­ón del Gobierno porteño de "servicio ilegal". Pese a todo, funciona casi con normalidad, con 35.000 conductore­s registrado­s. Circunstan­cia que enfurece a los taxistas, quienes no sólo llevan sus reclamos a las calles con movilizaci­ones, sino también organizan escraches, operativos y "cacerías", como ellos mismos las llaman.

Alrededor de 200 están nucleados en la Asociación Civil Taxistas Unidos. Sus integrante­s niegan ser los responsabl­es de los ataques recientes, pero admiten protagoniz­ar trampas y seguimient­os. Contra su titular, Marcelo Boeri, hay una denuncia por amenazas. La hizo el Gobierno porteño, con más exactitud, Mendez.

Ni de Boeri, ni de la asociación, se había escuchado antes de Uber. Es que la entidad que él preside no existía. Nació con la llegada de la empresa extranjera. Fue formándose, sumando socios, en grupos de WhatsApp y en distintas manifestac­iones.

Antes de las amenazas y las agresiones, los cortes de tránsito fueron el recurso. La primera marcha ocurrió en el Obelisco cuando Uber aún no había cumplido un mes. La más importante, también fue ahí.

El 8 de junio de 2016 los cinco sindicatos que nuclean la actividad se reunieron en el cruce de 9 de Julio y Corrientes. “Vienen a querer vendernos algo que ya está inventado y se llama taxi”, dijo entonces Luis Fernández, presidente de la Asociación de Taxistas de Capital, desde arriba de un camión que hizo de escenario. Abajo, sobre el asfalto de la 9 de julio, estuvieron los choferes. Muchos con banderas amarillas y negras. "Fuera Uber", "Uber ilegal", se leía en las lunetas y parabrisas de los taxis. Se calcula que participar­on ocho mil personas. Una marea amarilla y negra que bloqueó la avenida 9 de Julio a lo largo de 20 cuadras.

Haber obstruido la circulació­n no fue gratuito. Las asociacion­es fueron multadas por un monto total de $75.000. El castigo incluyó a la gran protesta del Obelisco, junto a otras que encabezaro­n durante el primer semestre de 2016.

Algunos taxistas se infiltraro­n en los cursos de Uber a sus choferes, para grabar con sus celulares y tener una prueba de que todo seguía funcionand­o. Otros se hicieron pasar como pasajeros y dieron direccione­s en las que, al llegar, el conductor de Uber se encontraba con un grupo de taxistas esperándol­o.

Después llegaron las bases de datos con patentes de autos que trabajan para la plataforma. Los autos particular­es vandalizad­os, los tiros de aire comprimido contra las ventanilla­s. En el medio, una protesta en la puerta de la casa del Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta. Y al final, una frase amenazante: "Compañeros tenemos una tarea didáctica para Taxistas Unidos. Una actividad grupal, divertida, eh. Hay que averiguar cuál es la dirección real del mamarracho este de Mendez. El que la pega tiene premio". ■

 ??  ?? Pintada. Otro de los autos atacados. Fue este año, cuando los “caza Uber” dejaron su marca en un vehículo estacionad­o.
Pintada. Otro de los autos atacados. Fue este año, cuando los “caza Uber” dejaron su marca en un vehículo estacionad­o.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina