Por un fallo, la Provincia sumaría 27 diputados y la Capital perdería 7
La Cámara Electoral ordenó actualizar el reparto de bancas según el censo de 2010. No se hace desde 1983.
El diseño político de la Cámara de Diputados de estos días se basa en estadísticas de 1980 y en un decreto-ley, el número 22.972, promulgado por el último presidente de facto, Reynaldo Bignone, meses antes de entregar el gobierno.
A casi 35 años del retorno democrático, la Justicia Electoral ordenó este jueves “rediseñar” el reparto de bancas de la Cámara baja para garantizar equilibrio y representatividad entre las provincias.
Fue el fallo unánime de Alberto Dalla Vía y Santiago Corcuera, integrantes de la Cámara Nacional Electoral (CNE) ante la demanda de un ciudadano cordobés que cuestionó que su voto valía menos que el voto de otros argentinos.
El asunto es así. Cada diputado de Córdoba representa, en términos matemáticos, a 183.601 cordobeses mientras que hay un legislador por CABA cada 115.643 porteños. Más claro: Córdoba tiene 3,3 millones de habitantes y 18 diputados nacionales mientras Capital, con 2,9 millones cuenta con 25 delegados en la Cámara baja.
Los extremos son Buenos Aires y Tierra del Fuego: hay 222.778 bonaerenses por cada banca de PBA, pero 25.238 fueguinos por diputado de la provincia austral. Luego, en el recinto, cada banca vale lo mismo.
Es un debate que se arrastra hace años y que refiere a la sobrerrepresentación de algunas provincias y a la subrepresentación de otras a la hora de elegir diputados. No ocurre al elegir presidente cuando todos los votos valen lo mismo: 1.
Sobre esa inequidad, la Justicia Electoral emitió un fallo donde considera imperativo que el Congreso cumpla con el artículo 45 de la Constitución, que establece que la repre- sentación e integración de Diputados se debe actualizar después de cada censo.
Ese reparto se baja en la ley 22.972, llamada ley Bignone, que estipula que debe haber un legislador por cada 161 mil habitantes o por una fracción superior a 80.500. Fue la fórmula con la que se estructuró el Congreso de 1983, que tenía 254 bancas.
Luego, en 1991, cuando Tierra del Fuego adquirió status de provinica - ya no de territorio nacional- se sumaron tres diputados y se llegó a las 257 actuales.
Si sólo se tomara a rajatabla la fórmula de un diputado por cantidad de habitantes, Buenos Aires sumaría 27 diputados a sus actuales 70 (pasaría a 97), Córdoba pasaría de 18 a 21, Santa Fe de 19 a 20 y Capital, que tiene 25, debería resignar 7 y quedar en 18.
Pero no es tan rígido. De hecho, la base de cálculo incorpora varias particularidades: por ejemplo, establece que ninguna provincia puede tener menos de 5 diputados.
La “ley Bignone” fijó, además, que el Congreso de 1983 ninguna provincia podía tener menos diputados que los que tenía el 23 de marzo de 1976, el día previo al golpe militar. Desde entonces, Capital Federal tiene 25 y nunca retrocedió.
En su fallo, la CNE pide que la representación se actualice como impone la Constitución, pero no opina respecto a cómo se debe hacer el proceso. ¿Ampliar la cantidad de legisladores o repartir, de otro modo, la cifra actual?
Ahí abundan criterios y las llamadas “distorsiones”. Si solo se aplica la fórmula diputado/habitantes, habría 250 diputados, 7 menos que en la actualidad. Eso implicaría, por ejemplo, que Tierra del Fuego tuviese un solo legislador en vez de 5.
Pero la normativa histórica incorporó pautas: por caso, en 1983 que ninguna provincia puede tener menos de 5 cuando en 1972 el piso era 4. Además, se aporta un extra a la cuenta poblacional que otorga 3 diputados adicionales a cada provincia.
Tomando todos esos elementos, que hoy están vigentes, el politólogo Diego Reynoso estimó que la Cámara debería tener 324 diputados, es decir 67 más que en la actualidad. La izquierda tomó ese cálculo e impulsó un proyecto que elevaba el número de bancas.
Ese mapeo se intentó aprobar en octubre de 2016 durante la discusión del paquete de la reforma política. Lo promovió, entre velos, Sergio Massa y lo apuntaló Emilio Monzó, defensor de la actualización. Naufragó por negativa de la UCR. A su vez, Carla Carrizo, de Evolución arrimó un texto que lleva el número final a 290, 33 más ahora. Tras el fallo de la Cámara se abre el debate. A simple vista, en tiempo de ajustes, parece difícil que pueda avanzar cualquier iniciativa que signifique aumentar la cantidad de legisladores. ■