Londres exige explicaciones a Moscú por una pareja envenenada
Fue con Novichok, un veneno soviético usado contra un ex espía ruso y su hija en marzo. Negativa del Kremlin.
Dawn Sturgess y su pareja, Charlie Rowley, los nuevos envenenados británicos con el agente nervioso Novichok en Salisbury, podrían ser “las víctimas residuales” del caso Skripal, que conmovió a Gran Bretaña en marzo pasado. Entonces los servicios secretos rusos fueron apuntados como los responsables.
Ahora el gobierno británico exige a Rusia que “diga la verdad” sobre el ataque al ex espía Serguei Skripal y su hija en Salisbury mientras anuncia que consultará con sus aliados internacionales por el nuevo caso, por el que Rusia fue sancionada y sus espías expulsados de varios países. Justo cuando el presidente estadounidense Donald Trump visitará Gran Bretaña el próximo 12 de julio y verá a la reina Isabel. Antes de su participación en la Cumbre de la OTAN que se anticipa agitada, y su reunión con el mandatario ruso Vladimir Putin, en Helsinski, el próximo 16 de julio.
“Los ojos del mundo están sobre Rusia, no solo por la Copa del Mundo”, dijo el ministro del Interior británico Sajid Javid. “Es tiempo de que el Estado ruso se adelante y explique qué es exactamente lo que está pasando”, dijo ante el Parlamento, tras acusar a Rusia “de amenazar nuestra seguridad”. El gobierno y la policía británica saben que el mismo agente nervioso Novichok que casi lleva a la muerte al ex espía ruso Serguei Skripal y su hija Yulia es el que hoy tiene en coma a una pareja británica, en el mismo hospital de Salisbury donde sanaron los Skripal. Pero no saben cómo llegó a ellos el agente, qué objetos tocaron para ser afectados. El Novichok es el mismo y la nueva pareja no fue el objetivos: son víctimas residuales del ataque con el que intentaron asesinar a Serguei y su hija en marzo pasado, que salvaron en el mismo hospital toxicólogos y médicos de todo el mundo.
El enfrentamiento entre Rusia y Gran Bretaña se retomó con estos nuevos contaminados. Ben Wallace, el ministro de Seguridad británico, llamó al Kremlin “a que colabore y diga lo que sabe sobre el Novichok para salvarle la vida a la pareja.” “Ellos eligieron un arma muy peligrosa, altamente tóxica. En su más pequeña for- ma, el Novickok puede matar a o herir a miles de personas. El Estado ruso debe llenar los significativos vacíos que nos faltan. Ellos saben cómo llenarlos. Pueden venir y contarnos qué pasó. Espero el llamado del Estado ruso. La oferta está ahí”, dijo el ministro Wallace.
El Kremlin afirmó ayer que se ofrecía a ayudar a Gran Bretaña en la investigación del incidente de Salisbury en marzo y que fueron rechazados. En pleno Mundial, el presidente Vladimir Putin está buscado conseguir una buena imagen para su país.
En un comunicado, los rusos se mostraron “preocupados por que el agente nervioso haya sido usado nuevamente en Europa”. Pero dijeron que no habían recibido información de las autoridades británicas. Insistieron en que Gran Bretaña “nunca quiso hacer una investigación conjunta”. “No tenemos información de las substancias que se utilizaron y como fueron usadas”, dijo el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov. Hasta ahora Rusia niega haber participado en el Caso Skripal.
La Cancillería rusa dijo en abril que Londres buscaba desacreditar al presidente Putin detrás de ese episodio. Ahora los políticos rusos especulan con que el envenenamiento de Sturgess y Rowley hay que buscarlo en una fuente británica. Nikolai Ko- yalyov, el ex jefe del GSB, la agencia del servicio secreto doméstico ruso, dijo a la agencia Interfax que el nuevo envenenamiento “puede haber sido causado por un inestable investigador británico que robó la toxina de un laboratorio”, sin ofrecer la más mínima prueba. En un tuit de la embajada rusa en Holanda, se preguntaron: “¿Novichock en el medio de la Copa del Mundo? El show debe continuar”.
El Comité Cobra, máximo organismo de seguridad británico, se reunió en la mañana de ayer, presidido por el ministro del Interior. Después hizo una declaración en la Cámara de los Comunes. “La salud pública es de una importancia fundamental para nosotros”, dijo el ministro, tras advertir que “no hay un riesgo significativo para el público” cuando dos personas fueron contaminadas y nadie sabe cómo ni por qué aún.
“Es inaceptable que nuestras calles, nuestros parques, nuestras ciudades sean transformados en un lugar para arrojar veneno”, dijo. Luego acusó al gobierno ruso “de minar nuestra seguridad nacional” y aseguró que es “completamente inaceptable para nuestra gente ser deliberada o accidentalmente objetivos”.
Hasta ahora jamás la policía había informado cómo fue el resultado de la descontaminación y cómo se había aplicado el gel de Novichok, utilizado para contaminar el picaporte de la casa de los Skripal. Pero se presume que podría haber sido una jeringa, que luego habría sido abandonada. La pareja podría haber estado en contacto con ese objeto como “víctimas colaterales” porque Rowley es un adicto a la heroína.
Sturgess y Rowley se debaten entre la vida y la muerte, completamente inconscientes, luego de ser recogidos en la casa que convivían recientemente en Amesbury. ■