Un triunfo que alegró a muchos

“Mientras haya un 1 por ciento de posibilidad, tendré un 99 por ciento de fe”. La frase que se le atribuye a Neymar es una de las de cabecera de Guido Pella, el bahiense que ayer sorprendió a Wimbledon eliminando del torneo a quien, además de ser el quinto tenista del ranking mundial, el flamante campeón del tradicional torneo de Queen’s y el finalista del año pasado, había llegado a Londres con una chapa que lo ponía a la altura del gran candidato a ser campeón en el All England (leáse Roger Federer).

Es muy complicado saber si Pella tenía en la previa apenas una mínima chance de ganarle a Marin Cilic, pero el panorama no era el mejor después de la suspensión por la lluvia del día anterior. Lo cierto es que el argentino salió dispuesto a jugársela ante quien se equivocó mucho (55 errores no forzados). Y acertó desde que mantuvo su saque en la reanuda- ción del partido hasta que cerró el gran triunfo de su vida en el cuarto match point.

Pella es un personaje diferente en el circuito. Es un jugador que no tiene sólo una raqueta en su cabeza ni vive obsesionado con títulos y dinero. Es un chico que vive preocupado por cuestiones sociales. Es alguien con quien se puede discutir -y disentir- pero que siempre lo hace con respeto y escuchando al interlocutor de turno. Es un hombre, en definitiva, que sabe perfectamente que el tenis le permitirá tener un pasar cómodo cuando le llegue la hora de su retiro pero que desde ese momento tendrá que acomodarse a una nueva vida. Y lo hará bien lejos del deporte que le permitió, por ejemplo, entrar en la historia grande por haber sido uno de los integrantes del equipo campeón de la Copa Davis en 2016. Nada menos.

Cuando el 14 de marzo se murió Stephen Hawking, en su cuenta de Twitter escribió: “QEPD Profesor, se lo va a extrañar”. Y acompañó el sentimiento expresado en palabras con una foto del físico y científico inglés. Fue una muestra más de su compromiso con la vida, de su responsabilidad con la actualidad. Por eso lo que le pasó ayer en el torneo de tenis más importante del mundo no sólo lo hizo feliz a él... ■

No sólo tiene una raqueta en su cabeza ni vive obsesionado con títulos y dinero.