Clarín

Perpetua por quemar vivo a su ex: hablan de “femicidio judicial”

A Astrid Marcela Mendoza (40) le dieron perpetua por matar a Eduardo Gómez (34) en la ruta 11, cerca de Magdalena. Ahora piden que se haga un nuevo juicio porque dicen que no se considerar­on sus denuncias previas por violencia de género.

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Para las hijas de la mujer condenada, no considerar­on los antecedent­es por violencia de género.

La relación era tóxica, o al menos así la describían en su entorno. Los cinco años que Astrid Marcela Mendoza (40) fue pareja de Eduardo Gómez (34) estuvieron atravesado­s por celos, peleas y violencia. Tanto era así que Marcela llegó a denunciarl­o, pidió una restricció­n perimetral para que él no se le acercara y se separó a los cuatro meses de convivenci­a.

El 9 de agosto de 2015 Marcela y Eduardo se vieron por última vez: ella subió al auto de él, hicieron unos kilómetros y todo terminó en llamas. El hombre murió quemado y la Justicia condenó a la mujer a perpetua por el delito de “homicidio agravado”. Su defensa apeló a la sentencia y, en medio de una campaña pública de sus hijas, ahora espera que la Cámara de Casación evalúe el caso con “perspectiv­a de género” y revea la pena teniendo en cuenta los antecedent­es de violencia. Además denunciaro­n irregulari­dades en la investigac­ión. Para ellos, Marcela, fue acusada por sobrevivir a su propio intento de femicidio.

Marcela y Eduardo se conocieron en un boliche de La Plata celebrando el Día del Amigo de 2010. Ella tiene cinco hijos y para ese entonces vivía en Ensenada. Él era de Bartolomé Bavio, un pueblo de 2.200 habitantes, a 30 kilómetros de Magdalena. Meses antes del crimen iniciaron una convivenci­a que terminó en ruptura.

Hugo, amigo de la infancia de Gómez, afirmó que, desde su separación, Marcela lo seguía a todos lados para ver qué hacía, con quién andaba y, sobre todo, si tenía una nueva pareja. Según su testimonio, cuando se dio cuenta de que no volvería con ella comenzó a decir lo que pensaba hacerle. “A Eduardo le voy a prender

Esta Justicia misógina responsabi­liza a las mujeres y las condena por sufrir violencia de género y defenderse”.

Florencia, hija de Astrid Marcela.

fuego el auto cuando lo vea en la calle”, le anunció.

Su tía Dora reveló que Marcela nunca había dejado de amenazarlo para que regresaran. Que incluso le había dicho que lo mataría. Y su hermana Gabriela apuntó que la relación siempre había sido conflictiv­a, pero que tras la separación la mujer había comenzado a enviarle mensajes donde le anunciaba que lo asesinaría.

Pero para la defensa hubo pruebas que no se valoraron. “La Policía tuvo una intenciona­lidad directa para perjudicar­la, para estereotip­arla negativame­nte”, dice a Clarín el abogado de la mujer, Adrián Rodríguez Antinao.

Para él, en Bavio condenaron a Marcela aún antes del ataque. “Es un pueblo chico, muy conservado­r. Ella era vista como una mujer ‘de ciudad’, separada, con hijos, que usaba redes sociales y tenía amigos y por eso la

juzgaban”, agrega Rodríguez Antinao.

“El 9 de agosto de 2015, él la citó para hablar luego de una escena de celos que le hizo a mi mamá por una foto que subió a Facebook con otro hombre”, contó Florencia Alem, una de las hijas de Marcela, en el grupo de Facebook “Justicia y Libertad para Marcela”, donde buscan difundir el caso.

Esa tarde, día de elecciones PASO, Marcela subió al Volkswagen Gol de Gómez. Cuando iban por la ruta provincial 11, se desató el final. De lo que ocurrió en ese auto, las versiones son distintas: para los jueces Ernesto Domenech, Andrés Vitali y Santiago Paolini, la mujer “le arrojó un líquido inflamable” y lo prendió fuego “causándole la muerte”.

Pero Mendoza declaró que fue al revés: “Me planteaba volver a vivir juntos en su casa o en la mía, y le dije que no. Entonces se puso más violento, me dio un sopapo, me agarró de los pelos. Me decía ‘hija de puta, vas a terminar mal, te voy a matar’. Agarró algo del costado de la puerta y me lo arrojó”. Y siguió: “Nunca vi qué era, atiné a cubrirme el rostro con mis manos y automática­mente siento el fuego. Ahí estiro la mano, abro la puerta y me arrojo del auto”.

Gómez, que hasta entonces estaba al volante, salió por el lado del acompañant­e. Un testigo los encontró y declaró que el hombre, en llamas, gritaba “esa hija de puta me prendió fuego”, señalando a Marcela. Ella se escondió detrás del testigo y le pidió ayuda: “Me protegés... que me quiere matar”.

“Hablamos de femicidio judicial... Para decir ‘Ni Una Menos’ hay que gritar bien fuerte ‘justicia y libertad para Marcela’. Esta es la Justicia misógina que responsabi­liza a las mujeres y las condena por sufrir violencia de género, por defenderse, sin tener perspectiv­a de género”, se quejó su hija Florencia. Marylin, otra de las hijas de Marcela, coincidió: “Para decir ‘Ni Una Menos’ tenemos que hacer justicia por las mujeres que son condenadas por sobrevivir a sus propios femicidios”.

Entre los argumentos de la defensa para solicitar la apelación a Casación aparece que ni la fiscal de Instrucció­n, Virginia Bravo, ni la de juicio, Silvina Langone, considerar­on la denuncia por violencia que había hecho Marcela. Al igual que los jueces, también dejaron de lado las dos exposicion­es civiles en las que la mujer advertía maltratos y acoso.

 ?? ARCHIVO ?? Espanto. El Volkswagen Gol dentro del que murió quemado Eduardo Gómez, el día de las elecciones PASO de 2015, sobre la ruta 11.
ARCHIVO Espanto. El Volkswagen Gol dentro del que murió quemado Eduardo Gómez, el día de las elecciones PASO de 2015, sobre la ruta 11.
 ??  ?? Víctima. Eduardo Gómez era del pueblo de Bavio, Magdalena.
Víctima. Eduardo Gómez era del pueblo de Bavio, Magdalena.
 ??  ?? Condenada. Astrid Marcela Mendoza tiene cinco hijos.
Condenada. Astrid Marcela Mendoza tiene cinco hijos.

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