Cena en Olivos con el jefe de la UCR para calmar la interna
Macri intentará mediar en la pelea entre Carrió y el radicalismo. Peña reúne a otros referentes de Cambiemos.
Si con el PJ no era suficiente, el Gobierno se encontró con un nuevo e inesperado conflicto dentro de Cambiemos que amenaza con complicarle los planes para negociar el Presupuesto. El duro cruce entre la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, y la Unión Cívica Radical, coronó la profunda grieta que dejó en el interbloque de Diputados el debate por la despenalización del aborto. La escalada inquietó al propio Mauricio Macri, que redoblará sus esfuerzos por calmar las aguas: invitó a cenar esta noche al líder radical Alfredo Cornejo.
Aunque en el tema trabajaron des- de el viernes, vía telefónica, el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, volverá a ser tratado en profundidad hoy en Casa Rosada. Allí, se reunirá el "G-8" que conforma la mesa política del Presidente. La cumbre toma especial relevancia porque además del jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, también estará el tridente radical: los gobernadores Alfredo Cornejo (Mendoza) y Gerardo Morales (Jujuy), dos que protagonizaron la polémica con Carrió, y Gustavo Valdés (Corrientes).
"Hay que calmarse y poner todas nuestras energías en este proceso de transformación. Cambiemos tiene que estar más fuerte que nunca en este momento para apoyar al Presidente", reflexionó una voz macrista de peso. Tranquilidad también le pidió Peña a Cornejo cuando hablaron por teléfono el viernes. El radical cumplió, pero el jefe de Gabinete no devolvió gentilezas: el mendocino le pidió que él o Macri salieran a respaldar públicamente a la UCR. El Presidente, sin embargo, tuvo un gesto: lo llamó para invitarlo a cenar a Olivos.
En el Gobierno dicen entender el enojo del radicalismo por el exabrupto de Carrió, pero no ponen límites: "Es incontrolable y tira para todos lados sin darse cuenta", lamentan. En un foro empresarial, en Entre Ríos, Carrió se había mofado de sus socios: "Los radicales van a hacer lo que nosotros digamos. Tienen que reconocer que están con una ex miembro que los maneja desde afuera”.
En Balcarce 50 no comparten la manera en la que reaccionó Cornejo. Sostienen que "no sirve ni el comunicado con lo de las propinas, porque lo está usando la oposición para pegarle al Gobierno; ni reflotar el tema dos días después", en alusión a los nuevos dardos que lanzó ayer el titular del Comité Nacional contra la líder de la Coalición Cívica (ver aparte). "Es una pena. El fin de semana largo servía para terminar con las discusiones", apuntó un alto funcionario. En ese sentido, cerca de Macri reivindican "las formas" y la actitud de Mario Negri, quien buscó conciliar con un tuit en el que dijo que Carrió "realizó una broma".
De todos modos, Cornejo, que en principio apeló a una respuesta institucional, también tragó bronca y evitó referirse al contenido del filoso tuit de Carrió en respuesta al comunicado: "Mil disculpas Cornejo, es una vieja broma que hago hace 20 años, que hace reír a la gente, solo que quizás no la recordás porque en esa época estabas en el kirchnerismo".
El vínculo y el "trato desigual" con Carrió integra la siempre nutrida lista de críticas que tienen en el radicalismo para hacerle al Gobierno. "Puede decir cualquier cosa y nadie le reprocha nada. ¿Sabés dónde termino yo si digo lo que se me ocurre?", planteó, enérgico, ante este diario, uno de los más enojados. Pero los reclamos van más allá. Desde la UCR, aunque integra la mesa del G-8, plantean una "desconexión" entre tantas "mesas" y la forma en la que toma decisiones Macri. Refieren a la famosa "mueblería" de la que despotrican, incluso, en el propio Gabinete. ■
El gobernador de Mendoza pidió apoyo del Gobierno en su duelo con Carrió. No lo logró.