Erdogan asumió una presidencia reforzada y con su yerno al frente de Finanzas
Tendrá amplio poder tras una reforma a la Carta Magna. El marido de su hija mayor será un ministro clave.
El presidente de Turquía, el conservador islamista Recep Tayyip Erdogan, asumió ayer como jefe del Estado, ahora ya bajo el nuevo sistema presidencialista aprobado tras la reforma constitucional de 2017, que le concede amplios poderes ejecutivos. Su yerno será ministro de Finanzas.
Esa reforma constitucional, que fue ratificada en su día en referéndum, elimina la figura del primer ministro y otorga amplios poderes ejecutivos al presidente. A partir de ahora, Erdogan podrá gobernar por decreto, nombrar a ministros, y tendrá el poder de elegir y destituir a alto cargos de la función pública.
Como impulsor de este cambio constitucional, Erdogan juró su cargo en una solemne ceremonia ante el Parlamento turco en Ankara, en la que aseguró que actuará de forma “neutral” y ello a pesar de seguir siendo líder del gubernamental Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista conservador).
Tras asumir su cargo, Erdogan ofreció una recepción en el palacio presidencial, con la asistencia de 22 jefes de Estado y 28 jefes de Gobierno, entre ellos el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el primer ministro ruso, Dmitri Medvedev. A su vez, destacó la ausencia de líderes occidentales de primera fila, tras los últimos encontronazos políticos y diplomáticos entre Turquía y la Unión Europea y EE.UU.
En su primer discurso como presidente, Erdogan dijo que Turquía vive a partir de ahora “un nuevo comienzo”. “Voy a tratar de trabajar con el planteamiento de no ser el presidente sólo para aquellos que votaron por mí sino para la totalidad de los 81 millones de turcos”, prometió el mandatario. En las elecciones presidenciales del pasado 24 de junio, Erdogan obtuvo un 52 % de los votos.
El acto, trasmitido por todas las televisiones locales, incluyó una ceremonia de inspiración otomana, con soldados vestidos con uniformes originales de la época, que recibieron al presidente y a la primera dama, Emine Erdogan, con una marcha militar. “Tendremos un Parlamento fuerte, con un Gobierno fuerte y una Turquía fuerte. Ningún país, ni sociedad necesita un salvador. Lo que necesitamos es justicia y solidaridad”, dijo.
Según la tradición de la política exterior turca, Erdogan viajará este martes, en su primer día en el ejercicio efectivo del cargo, a la vecina Azerbaiyán y a la República Turca del Norte de Chipre, establecida por Ankara tras la ocupación de la parte norte de esa isla en 1974.
Tras la ceremonia de asunción, Erdogan anunció su nuevo gabinete de 16 ministros, que ha escogido él mismo con los nuevos poderes que le otorga la Constitución. El presidente le dio la cartera clave de Finanzas a su yerno, Berat Albayrak. De 40 años, casado con la hija mayor de Erdogan, Esra, Albayrak era desde 2015 ministro de Energía y vivió en los últimos años un ascenso imparable.
Los cambios del sistema presidencialista también se reflejarán a partir de hoy en el Parlamento, cuyo número de diputados sube de 550 a 600.
Los críticos del nuevo sistema argumentan que desde ahora queda diluida la separación de poderes y se cimenta un modelo autoritario. El número de ministros se reduce de 25 a 16 y Erdogan podrá designar a varios vicepresidentes, mientras que instituciones clave, como los servicios de inteligencia, el ministerio de Defensa y de Asuntos Religiosos, pasarán a depender de su mano.
Diputados de partidos opositores mostraron ayer su rechazo al nuevo presidente y al sistema presidencialista. “El nombre real del nuevo régimen es ‘dictadura con urnas’, nadie debería presentarlo al mundo como un nuevo sistema”, dijo a EFE Bülent Tezcan, vicepresidente y portavoz del principal partido opositor, el socialdemócrata CHP.
Está previsto que se levante el estado de emergencia, en vigor desde el fallido golpe de julio de 2016. Más de 130.000 funcionarios fueron despedidos por sospechas de vínculos golpistas, mientras hay 50.000 en prisión a la espera de juicio. Todo es parte de una purga en el Estado contra simpatizantes del predicador exiliado Fethullah Gülen, al que Ankara acusa de haber instigado el fallido golpe. ■
El yerno Albayrak viene sumando poder a su gestión como miembro del gobierno de Ankara.