El reencuentro fue a través de un vidrio
Los chicos rescatados tienen entre 11 y 16 años. Sus identidades no fueron difundidas, “por respeto” a las familias de los que aún siguen atrapados. Vienen de atravesar una situación traumática y de superar una complicada misión entre pasadizos subterráneos inundados y fuertes desniveles con una visibilidad nula. A pe- sar de todo, según las autoridades, están contentos y tienen buena salud. “Dijeron que tenían hambre y que querían comer khao y grapao”, contó el gobernador interino de la provincia de Chiang Rai, Narongsak Osatanakorn. Se refiere a un plato típico tailandés de carne frita con chile y albahaca, que se sirve con arroz.
Los chicos están pasando exámenes médicos en la capital de la provincia y no pudieron tener un contacto cercano con sus familiares por temor a infecciones. Los parientes sí pudieron verlos a través de un cristal, apuntó el gobernador. Descartar cualquier posibilidad de infección es una de las prioridades ahora de los médicos que están asistiendo a los chicos rescatados. Los otros objetivos son recuperarlos físicamente y darles asistencia psicológica.
Suwicha Jitbarn, profesor de la escuela Mae Sai Prasitsart, declaró que pudo hablar con algunos de los familiares de las víctimas. “Me dijeron que al fin han podido descansar”, comentó el tutor tailandés sin precisar a qué padres contactó. ■