Los dulces fueron la gran atracción en el cierre de Caminos y Sabores
Aprovechando el feriado, miles de familias volvieron ayer a La Rural para llenar los pasillos de Caminos y Sabores, la exposición de la gastronomía y los productos argentinos. Y en esta jornada, la de cierre, las golosinas y los dulces dieron la nota, con propuestas que fueron desde lo típico hasta inesperadas innovaciones.
En distintos stands, los más golosos pudieron probar por ejemplo alfajores de frutilla, de dulce de leche, de frutos del bosque y… ¡de fernet! Gerardo Seghezzi, de San Francisco, Córdoba, presentó alfajores de chocolate rellenos con dulce de leche y un toque de fernet en el stand del Ministerio de Agroindustria, que se llenó de curiosos. “Probamos ocho meses la fórmula hasta conseguir la perfecta, con gusto a fernet y sin una graduación alcohólica tan alta”, contó.
Los dulces orgánicos también se hicieron presentes. A base de miel, otros expositores ofrecieron mermeladas con azúcar orgánica certificada. De los productos de Necochea, cuentan que lo más pedido fue el chocolate en rama y que los bombones de fruta no se quedaron atrás. Mien- tras que, para los más chiquitos, La Tetera de Miramar llevó chocolates con formas de zapatos, herramientas, celulares, paletas y más, además de alfajores de arándanos que fueron los preferidos de los adultos.
Al promediar el día, y como un homenaje al día patrio, se repartieron entre los visitantes 1.500 alfajorcitos con coberturas glaseadas de color celeste y blanco, gentileza de los productores costeros. Y luego la gente siguió probando creaciones regionales como alfeñiques, tabletas tucumanas, nueces confitadas, alfajores de miel de caña, de dulce leche o mixtos.
Mientras, sectores ya clásicos como los de quesos, fiambres y aceites también fueron muy concurridos.
Según las primeras estimaciones extraoficiales, más de 90 mil perso- nas asistieron durante los cuatro días que estuvo abierta en La Rural esta megamuestra, con 18 mil metros cuadrados y unos 400 puestos. Diego Abdo, gerente de Producto de Caminos y Sabores, señaló a Clarín que la meta está cumplida. “Esto superó nuestras expectativas. Logramos la participación de casi todas las provincias y fomentamos el encuentro entre visitantes y expositores. Hubo productores que vendieron todo lo que tenían”, dice satisfecho.
En el cierrela feria se transformó una vez más, para su legión de visitantes, en una vidriera cultural y productiva, y también en una tentación de manjares al paso. El telón baja, pero los organizadores ya piensan para 2019 en profundizar los contenidos e incorporar nuevas actividades. ■