Clarín

La UCR aceptó cerrar filas para el ajuste fiscal y se llevó varias promesas de Olivos

Macri les negó a sus socios que busque un acuerdo electoral con el PJ. Y los sumó a negociar el Presupuest­o.

- Marcelo Helfgot mhelfgot@clarin.com

Al ruidoso contrapunt­o entre Elisa Carrió y la cúpula radical apenas le dedicaron un par de bromas. Fue una señal de coincidenc­ias en la necesidad de bajar la tensión dentro de la alianza oficialist­a en medio de la tormenta financiera. Mauricio Macri y los dos escuderos que lo acompañaro­n el martes, en Olivos, no querían echar sal sobre las heridas de sus socios y los líderes de la UCR que asistieron a la cena estaban más interesado­s en otro frente de conflicto: los contactos entre el PRO y referentes del PJ, de los que fueron olímpicame­nte excluidos.

Miembros de la comitiva encabezada por Alfredo Cornejo confesaron haber llegado a la Quinta Presidenci­al envueltos en incógnitas y haberse retirado aliviados por los gestos de Macri. Según esas fuentes, el Presidente se comprometi­ó a sumar a la UCR a las negociacio­nes con el peronismo por el próximo Presupuest­o en paridad con la tropa propia. Y aseguraron que de su propia boca surgió una tajante desmentida de los rumores sobre un eventual intento macrista de diseñar la una opción electoral para 2019 con figuras peronistas.

“Todo lo vamos a hacer dentro de Cambiemos”, cuentan que repitió Macri antes y después del lomo con ensaladas varias. Algunos comensales aseguran que en tren de apaciguar los ánimos, el Presidente incluso les pidió disculpas a sus aliados por la reunión secreta de sus delfines con Sergio Massa, Miguel Pichetto y varios gobernador­es del PJ en un coqueto restaurant de San Isidro, que reveló Clarín. En la UCR temen que se frustre su pretensión de desbancar al PJ en al menos cuatro provincias.

Fiel al estilo frontal que lo distingue de sus antecesore­s al frente del radicalism­o, Cornejo había puesto sobre la mesa todas sus dudas (sobre la marcha de Cambiemos y de la economía) en la reunión previa con Marcos Peña y Rogelio Frigerio en la Casa Rosada. Los funcionari­os macristas intentaron justificar el encuentro de San Isidro alegando que el peronismo está presionand­o para que Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal -presentes en aquella comida, pero no en la de este martes- acepten el traspaso de subsidios a la Capital y provincia de Buenos Aires.

El gobernador de Mendoza fue a la Rosada junto a sus pares de Jujuy, Gerardo Morales -que también es vice primero del partido- y de Corrientes, Gustavo Valdés. También estaban Ernesto Sanz y los jefes parlamenta­rios Mario Negri y Angel Rozas. Los mismos actores -de un lado y del otro- se dirigieron más tarde a Olivos para el encuentro on Macri y allí el clima dio un rápido vuelco.

El Presidente convocó a cerrar filas y sus socios aceptaron de inmediato. Hablaron de la importanci­a de acordar una ley de Presupuest­o para evitar que la prórroga del actual irradie una imagen desteñida en el plano internacio­nal. Y de la necesidad de cumplir con el ajuste fiscal exigido por el FMI, aunque bajo la advertenci­a de que se haga “en un contexto de crecimient­o y no de recesión”. Macri cerró con críticas al “mercado”, otra forma de referirse al “círculo rojo”. Dijo que un día piden ajuste y otro advierten que así pierde la elección. ■

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M.CARROLL Quinta. Los radicales Rozas y Morales en Olivos, el martes.

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