Aborto: en una sesión maratónica, hubo cruces en el PJ y un discurso final con aplausos
Hablaron 23 expertos durante 8 horas. Los senadores Pichetto y Mayans discutieron por la objeción de conciencia.
La segunda reunión del plenario del Senado que debate la legalización del aborto se extendió mucho más de lo previsto. Fueron ocho horas en las que expusieron 23 especialistas. Cada uno tenía 7 minutos cada uno, pero los senadores les hicieron muchas preguntas y eso fue demorando los tiempos. Hubo también un fuerte cruce entre legisladores del PJ. Pero lo más sorprendente llegó al final, de la mano de la última experta: Aída Kemelmajer de Carlucci, quien fue jueza de la Corte Suprema de Mendoza, y una de las autoras del nuevo Código Civil nacional. Una hora estuvo en el estrado, donde por momentos pareció dar una clase magistral de Derecho. Se fue con aplausos, aunque no están permitidos en este debate.
Por la mañana, hubo un cruce entre legisladores peronistas. Fue en la exposición de María de los Ángeles Carmona, del Colegio de Médicos de la Provincia quien cuestionó que los registros de objeción de conciencia fueran públicos: lo consideró “discriminatorio”. Miguel Pichetto - a favor de la legalización- intervino: “Si usted trabaja en el sector público está obligada a cumplir la ley” y le exigió “una mirada más amplia”. Entonces el senador José Mayans -en contraexpresó diferencias con el presidente de su bloque. “El Estado no puede matar, en la Argentina no existe pena de muerte ¿Por qué tenemos que hacer una lista de quién está obligado o no a realizar un aborto?”, cerró. Allí intervino el propio presidente del plenario, Mario Fiad, quien pidió que no expresar opiniones personales.
Los 11 especialistas que se mostraron en contra del dictamen aprobado en Diputados (9 varones), plantearon que el "derecho a la vida del niño" no tenía que someterse al derecho a decidir de la mujer a interrumpir su embarazo, que "las dos vidas" valen, y que abortar es un delito.
Disertaron, entre otros, como Gregorio Badeni, Nicolás Laferriere, Al- berto García Lema y Néstor Sagües. Aseguraron que hay vida desde la concepción, que el feto tiene el mismo derecho que la mujer, que abortar es un delito, y pidieron otras opciones, como permitir las adopciones de fetos y embriones desde el útero. "Un estado donde se viola la ley es una sociedad destinada a caer. Nos guste o no, desde la concepción hay un niño", dijo Badeni.
En su discurso final Kemelmajer refutó estos argumentos. Aseguró que el dictamen no viola la Constitución, ni la Convención de los Derechos del Niño ni ningún tratado internacional. Usó argumentos del propio Comité de los Derechos del Niño "que ya recomendó varias veces garantizar los abortos a las niñas y adolescentes, la última vez, en junio de 2018". Se basó en que "los derechos no son absolutos". Y que cuando dos de- rechos entran en coalición, se usa la regla de proporcionalidad. Habló de la progresividad del desarrollo del feto y que, hasta la semana 14, la mujer, que ya es una persona, tiene más derechos: "El feto aún no tiene suficiente desarrollo, por eso pesa más la autonomía de la mujer".
Respondió a cada pregunta de los senadores, corrigiéndolos: "no hablemos de niño", "hablemos de autonomía". "La vida del feto no es independiente de la mujer, y la mujer no debe ser instrumento de reproducción de nadie". Recordó que "en el derecho romano el aborto no estaba penado, comenzó a serlo con la Iglesia". Habló de las luchas para conquistar el divorcio y el matrimonio igualitario: "Ahora es el aborto, y siempre estuvimos los que defendemos y los que rechazan del mismo lado. Vivimos en un país laico". ■