Fuerte cruce entre Sampaoli y Tapia que acelera la salida del entrenador
El técnico se negó a viajar con el Sub 20 a L’Alcudia y la AFA podría declararlo en rebeldía y despedirlo.
-Tenés que ir vos.
-Yo soy el técnico de la Mayor, no de la Sub 20. Le están dando a este torneo la importancia de una Champions League y es menor a un campeonato de chicos. Lo puede dirigir Scaloni, que vive a una hora de L’Alcudia.
-El 25 de julio, a las 13, te tenés que presentar en Ezeiza para subirte al avión con los juveniles. ........................................................................
El diálogo fuerte, cargado de tensión, se produjo en la intimidad del predio de Ezeiza. Ahí mismo, Claudio Tapia y Jorge Sampaoli se sacaban chispas. El presidente de la AFA se encontró con la negativa del entrenador de viajar a L’Alcudia, donde se disputará el tradicional torneo juvenil. El Zurdo de Casilda, que había aceptado hacerse cargo del Sub 20, le sugirió a Chiqui que se la mejor opción es que Lionel Scaloni, radicado a 35 kilómetros la ciudad valenciana, y Matías Manna, el analista de videos, se ocuparan de dirigir el equipo y que él se dedicara a la planificación -aunque en Mis Latidos, su libro, haya escrito que no le gusta planificar- sin la necesidad de volar a España con los pibes. Tapia se puso firme. Se mostró como un patrón de estancia. Y la cuerda se tensó demasiado.
Sampaoli considera que es una mancha para su carrera dirigir un certamen que no es reconocido por la FIFA, que se juega en césped sintético y en el que se pueden hacer ¡11 cambios! Sería demasiado duro para su desgastada imagen. Así y todo, entregó la lista de juveniles. Pero le imploró a Tapia que lo eximiera de viajar a L’Alcudia. Chiqui no quiso saber nada. Y el hombrecito se retiró del predio de Ezeiza con la certeza de que está atravesando sus últimas horas en la Selección Argentina.
“Esto es como curar una infección con una curita”, le dijo un allegado al entrenador a Clarín. El viernes llegará al país Fernando Baredes, abogado de Sampaoli, y empezarán a delinear los números de la salida con los asesores letrados de la calle Viamonte. El operativo desgaste está teniendo éxito. Al santafesino le rodearon la manzana para que dejara su cargo. Y aunque siempre dijo que pretende “una revancha”, los dirigentes nunca estuvieron dispuestos a dársela. Tampoco, a hacerse cargo de la millona- ria cifra que desembocaría un despido ahora mismo: 8.624.000 dólares.
Sampaoli había dicho que el dinero no sería un problema. No obstante, sus abogados juegan el partido del tira y afloje y deslizan que irán “por todo”. AFA quiere pagarle hasta fin de año, liquidar sus haberes y empezar a darle forma al proyecto de refundación de la Selección. Hasta pensaron en José Pekerman, que está al frente de Colombia, como manager.
La negativa del técnico de viajar a España le daría argumento a Tapia para echarlo por incumplimiento del contrato. Una fuente de la calle Viamonte le dijo a Clarín: “Sampaoli es empleado de la AFA y si el presidente le dice que tiene que viajar a Valencia, va a tener que sentar el orto (sic) en el avión y volar a España”.
Bajo esta coyuntura, el técnico está con un pie afuera. ¿O cambiará de parecer y aceptará cruzar el Atlántico y continuar con esta guerra que dejó de ser fría para entrar en su etapa más caliente? “Es muy inestable. Un día dice una cosa y otro día, otra. Es impredecible”, aseguran en la AFA. En el entorno del técnico le aconsejaron que se tomara vacaciones después del Mundial. Legalmente, está amparado. Le correspondían 15 días. El pelado no aceptó. Prefirió quedarse en Buenos Aires. La semana pasada, nadie lo esperaba en Ezeiza. Si hasta se habían ido los utileros y no tenía la ropa de la Selección para trabajar. Se recluyó mirando videos. Se entrevistó con Tapia y Daniel Angelici el lunes. Hubo pase de facturas. El presidente de Boca viajó a Estados Unidos. Se mostró como el policía bueno, componedor. Chiqui fue el malo. Una vieja táctica. Ni uno ni otro lo quieren. Pero no iban a asumir el costo político de despedirlo y dejaron la situación en manos del Comité Ejecutivo. Antes, habrá un acuerdo.
Sampaoli, como canta Pato Fontanet, su amigo y líder de Callejeros, eligió cantar “no escucho y sigo”. A esta altura, lo mejor que le puede pasar al propio técnico y a la Selección es que tomen caminos distintos. ■
Sampaoli llegó a la Selección con el apoyo de los jugadores e impulsado por Angelici.