To be or not to be Messi, that is the question

A Polonio no lo consuela ni la noticia de que los finalistas del Mundial son los que le ganaron a Argentina. Desde aquella tarde en la que el mocoso de Mbappé literalmente nos corrió de la copa, no para de buscar explicaciones a lo que él vive como una tragedia. Hombre apasionado, cree haber encontrado algunas respuestas en Shakespeare.

Su amigo Marcelo está preocupado por ese comportamiento y lo citó en un bar de San Telmo para semblantearlo.

-No le busques más el pelo al huevo -le dice Marcelo mientras le agrega anís al cynar-; porque cuando más vueltas das, más pavadas decís.

-A todos presta oídos. Tu voz, a pocos. Escucha el juicio de todos y guárdate el tuyo.

-¿Y por qué me voy a callar? Yo también tenía un sueño, y terminó en una pesadilla.

-¡Perder el sueño, que desteje la intrincada trama del dolor!; el sueño, descanso de toda fatiga; alimento el más dulce que se sirve a la mesa de la vida.

-Sí, pero una cosa es resignar un sueño cuando hiciste todo por alcanzarlo y otra es tirarlo al tacho porque a un ridículo se le ocurre jugar con un falso nueve cuando tenés a los goleadores del campeón de la Premier League y al de la Juventus. ¡Falso nueve, por Dios!

-Antes que nada ser verídico contigo mismo. Y así, tan cierto como que la noche sigue al día, hallarás que no puedes mentir a nadie.

-Y Messi... ¿Viste lo que sufrió ese chico? ¿Como puede sufrir con semejante talento?

-Mira que a veces el demonio nos engaña con la verdad, y nos trae la perdición envuelta en dones que parecen inocentes.