Levantan polémica por la aprobación de la Ley Justina
• Basada en generalidades y sin protocolos específicos y presupuestos para su implementación, la “Ley Justina” está lejos de las expectativas bienintencionadas de los de legisladores que aparentemente pretenden que los mismos hospitales, que hoy no tienen implementos básicos para efectuar cirugía menor, se transformen en bancos y centros de distribución en el complejo y costoso proceso de transplante de órganos.
La realidad que hemos visto una y otra vez, es que esta ley, en el mejor de los casos, sólo llevará a la creación de otro ministerio y más puestos ñoquis. Dada nuestra realidad ¿no sería mejor utilizar una fracción de esos recursos para dar de comer a los niños indigentes, que ya constituyen el 50 por ciento de la población infantil del país, previniendo dolencias futuras? • Seguramente, para emitir un comentario preciso sobre el carácter de “obligatoriedad” de ser donante, que esta ley impone, habría que tener más conocimientos médicos y legales, hacer un estudio detallado de su implementación en España (en donde rige con pautas más claras) y poder determinar con certeza cuándo a una persona se la declara “muerta”.
Más allá de ser mi postura personal contraria a la “obligatoriedad” de ser donante en un país que se precie de respetar la individualidad de cada ciudadano,l veo muy lejana una implementación prudente, prolija, justa y cuidada de esta nueva ley.