Estudiantes hizo sentirle a su rival la diferencia de categoría

No hubo equivalencias. Con holgura, por la simple prepotencia de la diferencia de categoría, Estudiantes de La Plata se impuso claramente a Central Córdoba de Rosario, al que goleó 4-0. Un resultado que le permite clasificarse a los 16avos, etapa en la que se medirá ante Luján que protagonizó uno de los batacazos de la Copa Argentina al eliminar 1-0 a Agropecuario Argentino de Carlos Casares.

Estudiantes monopolizó el juego y simplificó el trámite. Aseguró la pelota, le dio un buen destino y después manejó los tiempos. Abrió el marcador rápidamente a los 15 minutos, con esa fórmula que le es propia y a la que sabe sacarle un buen provecho: la jugada con la pelota parada. El envío desde el corner de Zuqui y cabezazo implacable de Schunke para el 1-0.

La clave del conjunto de Leandro Benítez pasó por el mediocampo. Ahí los volantes se impusieron tanto en la marca como en la distribución. Los pases bien abiertos hacia los laterales fueron el motor de arranque para mover la pelota y encontrar los espa- cios ante una defensa en retroceso que expuso sus debilidades. Además, el debutante Matías Pellegrini (18 años, uno de los juveniles promovidos por el técnico) aportó movilidad y sorpresa en cada jugada de ataque.

Con esos atributos, Estudiantes resolvió fácilmente el asunto en el segundo tiempo. Otro anticipo en el área de Zuqui y el toque con calidad para pasar la pelota por arriba del arquero. Una diagonal deliciosa de Pellegrini y la definición certera de Lucas Rodríguez. A poco del final, el pase largo de Schunke desde la mitad de la cancha y Mariano Pavone -ganándole la espalda a Damián Ledesma- clavó el zurdazo al palo opuesto.

Dirigido por Claudio Pochettino (primo de Mauricio, DT de Tottenham), lo mejor de Central Córdoba pasó por las ganas de Sebastián Grazzini (37 años, ex-Newell’s y Racing). Apenas eso.