Original tributo a Mariano Mores
El quinteto del pianista propone, más que una interpretación, una deconstrucción de la obra del compositor.
Tanguera. La música de Mariano Mores
Diego Schissi Quinteto (Vicente Rubino, Santiago Segret, Ismael Grossman, Juan Pablo Navarro y Diego Schissi) Sello El Club del Disco.
Este tributo a Mariano Mores es una de las cosas más interesantes que han surgido últimamente del campo del tango. Y de las más originales, porque lo que se propone el quinteto del pianista Diego Schissi es, más que simplemente interpretar a Mores, por momentos a deconstruirlo. Al pianista lo acompañan Guillermo Rubino en violín, Santiago Segret en bandoneón. Ismael Grossman en guitarra y Juan Pablo Navarro en contrabajo.
La deconstrucción es muy evidente en Tanguera, la pieza de apertura, que en Schissi comienza por lo que en Mores es el segundo tema, el tema lírico (si bien en la composición de Mores ese segundo tema lírico no es una parte B que se distingue abiertamente de A, sino una parte B que se superpone con A, ya que el primer tema persiste como una base, con ambos temas muy ligados).
Schissi empieza por el segundo tema, pero con una variante: las notas están espaciadas y tocadas casi en staccato, con lo que la melodía lírica de Mores se transforma en una especie de bajo de passacaglia, sobre el que el músico desarrolla una serie de variantes. Schissi expande esa idea de superposición que está en Mores y crea un puzzle fascinante, con una tensión que no decae un instante.
El principio de capas superpuestas es bastante dominante en este álbum. Reaparece claramente en la pieza siguiente, En esta tarde gris, a la que se suma la cantante Nadia Larcher y constituye otro de los grandes momentos del disco. Comienza también sobre una suerte de ostinato que toma algunas notas de la melodía para armar una base rítmica diferente del original (y del tango en general), como si fuese un tango en 6/8, por momentos casi una chacarera, pero sin los tonos blandos que por lo general proporciona la llamada “fusión” de géneros. Acaso esta subdivisión haya sido sugerida por la fuerza expresiva y los acentos folclóricos de la cantante catamarqueña, una de las mayores voces surgidas en el campo de la música popular en mucho tiempo, cuyas virtuosas inflexiones por momentos recuerdan a Mercedes Sosa.
En Taquito militar, que según explica el disco está basado en la versión de Horacio Salgán con De Lio y el Quinteto Real, lo principal se vuelve secundario y viceversa. Sobre el final, la interpretación del Quinteto parece remedar las velocidades y los sonidos del tren. El firulete está un poco en la misma línea de Taquito militar y de Tanguera: bordear o parafrasear los temas a veces resulta más interesante que su abordaje literal. Pero se trata de eso, de una paráfrasis: los te- mas no son tomados como motivo de una improvisación.
Nada parece muy improvisado en la elaborada ingeniería del quinteto, al menos cuando suenan los cinco. Porque también hay dos piezas a dúo: una bellísima versión de Uno en bandoneón y guitarra, y Cada vez que me recuerdes en violín y piano, además de otras tres piezas cantadas, dos por Lidia Borda ( Cristal y Sin palabras), ya más inscriptas en un estilo vocal e instrumental más convencional, y otra por Micaela Vita y Santiago Segret ( Cafetín de Buenos Aires), en un olvidable dúo vocal de fogón estudiantil.
El disco, grabado en vivo en tres conciertos de septiembre de 2017 en La Usina del Arte, tiene su final nocturno, con una bellísima interpretación de Luces de mi ciudad, por Schissi en piano solo. ■