Contra la inflación, expanden ferias barriales con alimentos frescos hasta 50% más baratos
El Gobierno duplicará antes de fin de año los mercados callejeros en el Conurbano. Y en Capital les amplían el horario de atención. La llegada de compradores, en alza.
El viento gélido y húmero no lo disuadió de salir. Tampoco la llovizna ni el peso de sus 87 años. Envuelto en una gruesa campera, Raúl Moreno custodia un carrito lleno de verduras, mientras su mujer, también jubilada, hace cola para sumar huevos y queso en otros puestos de la feria que cada miércoles se instala en la Plaza Mafalda, de Colegiales. “Hace frío y las piernas nos duelen, pero tratamos de venir porque es mucho más barato”, afirma.
La estrategia no es nueva, pero resurgió con fuerza en los últimos meses, al estallar la crisis. La canasta básica de alimentos que mide el INDEC se encareció 4,9% sólo en junio y ya acumula 18% en lo que va del año, frente a una inflación general del 16% y sueldos que corrieron por detrás.
En este marco, vendedores y entidades de consumidores coinciden en que las familias porteñas y bonaerenses están recurriendo más a las ferias barriales para sus compras cotidianas. ¿La clave? Que ahí ofrecen fruta, verdura, carne, huevos, pan y otros alimentos básicos a precios hasta 50% más bajos que en los comercios cercanos (ver Las mayores...).
“Con la mayor inflación, la gente empieza a buscar opciones y las ferias generan más interés. Los adultos mayores nos preguntan cuándo y dónde van a estar, y van mucho porque encuentran mercadería de buena calidad a bajo precio. Gente que antes quizás no hu- biera hecho colas a la intemperie, hoy las hace porque privilegia mucho el ahorro”, explicó Sandra González, líder de la entidad de consumidores Adecua.
Frente a esta creciente demanda, hubo una decisión oficial de reforzar la presencia de estos mercados que se instalan una o dos veces por semana en los puntos clave de cada localidad, que son controlados por los municipios y que mayormente aceptan tarjeta de débito. La idea es que ayuden a “amortiguar” el golpe de la crisis.
En la Provincia, el impulso se concentrará en las ferias del programa El Mercado en tu Barrio, organizado por los ministerios de Producción y Agroindustria de la Nación. Con esta iniciativa, lanzada en 2016, se hacen ya 270 ferias mensuales en 80 municipios bonae- renses, a las que van 17 mil personas por semana, según estimaciones oficiales. Pero este mes anunciaron que de acá a fin de año sumarán otras 230 ferias, 90% en el Conurbano, casi duplicando las actuales.
Pan a $ 30 el kilo, queso cremoso a $ 110, tomate a $ 20 y naranja a $ 15 son algunos de los precios de sus puestos. “Relevamos que en promedio son 30 a 50% menores que los de los súper de las mismas zonas y es porque hay menos intermediarios. Muchas veces quienes venden son los mismos productores o compran directamente a proveedores regionales”, destacan en Producción.
Mientras, en Capital, el gobierno porteño expande su propia iniciativa. Si en 2016 sólo había 12 ferias recorriendo los barrios (cada una con 10 puestos), en
2017 se pasó a 27 y este mes el jefe de Gobierno inauguró otras 2, según explicó, “para ayudar en estos momentos turbulentos”.
Así, las ferias porteñas ahora visitan cada semana 154 puntos de todos los barrios. Y alcanzan a 160 mil vecinos por semana, cuando antes eran 36 mil. Lo próximo será extenderles el horario -que siempre fue de 8 a 14- hasta las 20, algo que ya están probando en una feria. “Vamos a enfocarnos en ampliar el horario para llegar a más vecinos”, anuncian en la cartera de Ambiente y Espacio Público, que regula el programa.
En este caso, la autoridades acuerdan cada 15 días con los feriantes 76 precios de productos básicos, y los controlan. Papa a $ 10 el kilo, cebolla a $ 14, banana a $ 20 y 30 huevos a $ 80 son algunos valores hoy vigentes.
En la feria minorista del Mercado Central, por su parte, explican a que están recibiendo más compradores y que las ventas crecieron 20% en los últimos dos meses, “principalmente las de frutas y hortalizas”.
Laura Cabrera (55), por ejemplo, muestra el filet de merluza que consiguió a $ 140 el kilo en la feria y dice que en cualquier otro lugar lo pagaría “$ 180 o más”. “Siempre es un poco más barato”, destaca. Patricia, una docente recién jubilada de Villa Crespo, agrega: “Vengo acá a comprar el pollo, que está $ 20 o $ 30 más barato y es más de granja. También el pan lacteado, que cuesta $ 10 a $ 20 menos. Para las verduras voy a otra feria cercana y por otros productos busco segundas marcas en el súper”. “Es difícil, pero hay que achicar gastos como sea”, cerró. ■