“Aquellos que apuntan a la decadencia para imponer sus ideas”
Estamos asistiendo a un escenario indeseable. Denostando, injuriando o pretendiendo agraviar al Presidente, no se logra deteriorar su imagen, sólo se consigue desprestigiar a nuestra Nación. Hay una forma civilizada de demostrar disconformidad con un gobierno, y es en las urnas. No estoy de acuerdo con muchas acciones de esta y otras gestiones, no formo parte de ningún espacio político, pero sí creo que más allá de nuestra forma de pensar y de los aciertos o desaciertos de un gobierno, debemos preservar y respetar la investidura presidencial.
Sólo los fundamentalistas, los antidemocráticos, los políticos frustrados por sus actos de gobierno fallidos y el resentimiento, llevan a valerse de actos de esta índole y si consideran que así hacen un bien. Se confunden, pues no tienen la capacidad para darse cuenta que sólo logran dañarse a sí mismo, afectando a nuestra desprestigiada República y a la sociedad a la cual pertenecen. No se debe permitir bajo ningún concepto la amenaza a un presidente, sea cual fuere, y las instituciones pertinentes ante hechos de esta naturaleza deben accionar conforme a la ley en forma inmediata. Ya hemos vivido épocas de dolor que aún han dejado llagas abiertas. No es momento para seguir alimentando esas heridas. Hoy, la Argentina necesita de una ciudadanía madura, estratégica, con visión de futuro, con la misión del compromiso en hacer un gran pa- ís, recuperando algo que hemos perdido, que son los valores y el respeto a la ley, herramientas esenciales para cimentar la República.
No nos sumemos a aquellos que apuntan a la postración y la decadencia para imponer sus ideas. Subámonos al tren del futuro, del progreso, de las causas nobles y justas, para fortalecer la democracia en el marco de la tolerancia, la buena convivencia, el respeto mutuo y el sano disenso, preservando siempre nuestra idiosincrasia y la pluralidad de ideas. Rodolfo Castello rccastello@hotmail.com