“El diálogo fue muy mal preparado por los demócratas y la Iglesia”
Críticas. Según el padre Ugalde, las negociaciones entre el gobierno venezolano y la oposición fracasaron por la improvisación de ambos lados.
-¿Por qué cree que el Vaticano se involucra de modo limitado con la cuestión venezolana? Impulsó un diálogo que solo acabó dándole tiempo a Maduro.
-La necesidad de diálogo y de negociación era evidente en 2016 y lo es ahora. El punto clave está en que el gobierno busca ese diálogo para fortalecerse y continuar blindándose con la ilegítima asamblea constituyente con una nueva Constitución de corte totalitaria y la imposición militarista. Por el contrario los demócratas y el mundo deben buscar la negociación dialogada para salir de este régimen y reconstruir el país. No es cierto, sino más bien iluso, pensar que si ese diálogo no se hubiera dado ya hubiera caído el régimen y ahora estaríamos en una feliz reconstrucción. El diálogo por parte de los demócratas estuvo muy mal preparado, e improvisado en muchos aspectos. Incluso los representantes del Vaticano no hicieron la debida preparación. El gobierno fue a lo suyo. Por todo ello fue un fracaso.
-Pero el gobierno insistió en ese diálogo. -Como al gobierno tampoco le convenía el fracaso trató de reanudar el diálogo antes de fin de 2016. La respuesta negativa del Vaticano a través de su secretario de Estado, monseñor Pietro Parolin el 1º de diciembre de ese año fue una rotunda negativa que enfureció al gobierno. En ella el cardenal Parolin, en nombre del Vaticano, exigió cuatro puntos claves como condiciones indispensables para reanudar el diálogo: apertura del canal humanitario; cronograma claro para las elecciones democráticas; reconocimiento de la Asamblea Nacional y liberación de presos políticos. Esos puntos siguen siendo las claves para la salida del gobierno y la democratización. Naturalmente el gobierno dictatorial decidido a perpetuarse no los podía aceptar y los ha negado hasta hoy. Todas las instancias democráticas nacionales e internacionales se han referido a esos puntos del Vaticano como exigencias también propias.
-¿No cree que con este fracaso del diálogo el gobierno ganó un tiempo crucial?
-No comparto la idea de que el diálogo frustrado sólo sirvió para que Maduro ganara tiempo. A partir de la burla a ese diálogo con testigos internacionales el mundo vio con mucha más claridad la naturaleza dictatorial del régimen venezolano y empezó a cuestionar más al gobierno. Afortunadamente el Vaticano “se involucra de modo limitado”, mientras que la Iglesia local asume una postura clara firme y, como ninguna otra institución nacional. El Papa expresamente ha apoyado a la Conferencia Episcopal Venezolana, como debe ser. En junio de 2017 en un encuentro con los miembros de la presidencia de la Conferencia Episcopal el Papa públicamente manifestó su apoyo a lo que ellos vienen haciendo. Por otra parte soy de los que defienden que es malo el clericalismo en política. Es central en esta sociedad cada instancia (ciudadanos, asociaciones, partidos políticos, gremios, universidades, empresarios) asuma su responsabilidad. La Iglesia ha exhortado y ayudado a que se activen estas instancias. De ninguna manera quiere suplantarlas. Entre católicos y no católicos venezolanos ha sido altamente apreciado el valiente papel de la Iglesia y la orientación de sus documentos y comunicados. Pero sería un grave error esperar de los obispos o del Papa lo que no les corresponde y así justificar la propia pasividad. ■