Interrumpidora, alta zorra, sale de caza
Interrumpidora insiste para que le des bola. Cuando te largás y le contás, Interrumpidora sabe de vos mucho más. Interrumpidora habla hasta por los codos. A Interrumpidora siempre le pasó algo mejor y algo peor de todos modos. Vos metiste dos minutos para contar y ella lleva 60 sin repetir y sin soplar. Tratás de intercalar bocado. Ella se explaya sin culpa ni pecado. Llamás al mozo. Pedís un flan con dulce de leche para combatir el mal. Interrumpidora sigue como si nada. Todo igual. Eufórica. Pletórica. Si decís algo mínimo, incluso te corrige. Comprendela, por favor, Interrumpidora está con vos.
Traen la cuenta. Interrumpidora se olvidó la billetera. Sacás tu tarjeta. No tenés fondos extra, pero tampoco tenés drama. Se la hacés fácil. La próxima, me invitás, aclarás.
Llega el segundo round. Le toca cancelar a ella. Interrumpidora argumenta. Asegura que te dió la plata en primera vuelta. Te sentís fatal. Boluda total. Interrumpidora fresca como lechuga. Ahora sí, te pregunta: ¿Cómo estás? ¿Te separaste? ¿Te puedo ayudar? Uy, ¡a mí también me pasó! Y arranca sin punto final. Llamás el mozo. Firmás por segunda vez. Nada me contaste, se queja Interrumpidora. Y te mandás a mudar. En unas semanas, riiiing, Interrumpidora viene por la tercera. Se juntan en el café. La dejás que se explaye. La felicitás. Cuando traen la cuenta, abrís tu cartera. Uy, me olvidé la billetera. ¿No te jode, no?
Al otro día, Interrumpidora te elimina de Facebook, Twitter, WhatsApp e Instagram. Interrumpidora buena onda. Interrumpidora alta zorra. Ahora saldrá de caza en busca de otras cachorras.