Las empresas de ómnibus están “preocupadas” y piden cambios
Las ofertas récord en vuelos lanzadas al caer las tarifas mínimas en cabotaje hacen que, para muchos destinos, la opción de ir en un micro "semi cama" o "cama" ahora parezca una opción poco conveniente para el bolsillo, y mucho menos si se tienen en cuenta las horas de viaje. Así, el enojo no tardó en llegar a las empresas de ómnibus, que se ven perjudicadas.
"Es preocupante. Nuestra actividad que va a entrar en problemas en el corto plazo", dijo a Clarín Néstor Carral, titular de la Cámara Argentina de Transporte de Pasajeros. "No vamos a poder competir. La política del gobierno es que la larga distancia va- ya reduciéndose a la mínima expresión, y que quede el que pueda", sigue.
"El ministro de Transporte (Guillermo Dietrich) había prometido que también iba a liberar las tarifas de nuestro sector, pero hasta ahora no lo hizo", comenta Carral. Sin embargo, aclara que este no es un reclamo de ellos, ni algo que hayan solicitado, porque "somos un sector de alguna manera en competencia" y si se eliminan las tarifas mínimas "va a haber problemas entre nosotros mismos, sería un sálvese quien pueda".
En el sector dicen que los costos de los micros son muy altos y difíciles de bajar con la regulación actual. Por ejemplo, deben ir con dos conductores a bordo y están obligados a cubrir todos sus destinos y rutas, aunque no sean rentables ni tengan demanda: si no salen con los servicios, aunque vayan vacíos, los multan.
Además, dicen que, a diferencia de las líneas aéreas, no pueden vender pasajes con distintas tarifas según los servicios usados, como el despacho de equipaje o la comida a bordo. "Nosotros tendríamos que tener una norma más flexible”, dice Carral.
Gustavo Gaona, vocero de la Cámara de Empresas de Larga Distancia, agrega: "No nos oponemos a que quien vuela tenga beneficios, pero estamos en desigualdad de condiciones para competir. Las low cost vuelan a los destinos que les son rentables, y en los días y horarios que les es rentable, garantizándose altos niveles de ocupación y bajos costos. Pero a nosotros no nos dejan hacer eso", contrasta. Y asegura que, para poder competir, la regulación debería “modernizarse”. “De esa manera no se confundiría más la idea de que viajar en micro es más caro que viajar en avión. Comprando, como sucede con el avión, un pasaje 30 días antes, podríamos tener tarifas aún más baratas que las low cost", cierra. ■