Piqueteros separan su marcha social del debate del aborto
Es mañana, un día antes de la sesión del Senado. La relación con la Iglesia y los reclamos a Macri.
Designios del destino o casualidad política, la nueva marcha de San Cayetano, que promueven los movimientos sociales y que este 7 de agosto tendrá su tercera edición, cae justo el día anterior a que el Senado defina si será ley o no el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo que viene con media sanción de Diputados.
El paralelismo no es casual habida cuenta de la articulación entre la Iglesia y los sectores “de la Economía Popular”: los dirigentes sociales, incluido Juan Grabois de llegada directa al Papa Francisco, tienen ida y vuelta diaria con múltiples sectores eclesiásticos y especialmente con monseñor Oscar Ojea y el obispo Jorge Lugones; ambos críticos al Gobierno y muy allegados a Jorge Bergoglio.
De ahí las duda: ¿la marcha desde la Basílica de San Cayetano en Liniers a Plaza de Mayo quedará teñida por un sentimiento antiabortista en coincidencia con el pensamiento de los obispos? Los referentes piqueteros aseguran que no. A horas de la movilización, Clarín conversó con Daniel Menéndez (Barrios de Pie), Juan Carlos Alderete (CCC) y Esteban Castro (CTEP). Y mostraron particular preocupación porque el reclamo quede acotado a lo social.
“El vínculo nuestro con la Iglesia es por la pobreza y por trabajar por los más humildes y ese es el eje que nos lleva a movilizarnos. Nosotros somos damnificados por la falta de trabajo y del hambre que hay”, desmarcó Menéndez. Castro sumó: “En nuestras organizaciones hay diversidad: nosotros nunca planteamos ni lo vamos a hacer respecto a que los compañeros vengan con pañuelos de uno u otro color”. Alderete cerró: “Esta coyuntura del 8 no nos puede definir: nosotros vamos el 7 con Tierra, Techo y Trabajo y no al Fondo”.
Bajo ese lema, esperan una movilización contundente: los dirigentes describen una situación “muy crítica” y piden al Gobierno adelantarse a diciembre. Consideran que este es el año más complicado desde que asumió Macri: “Algo tan técnico como ir al FMI tiene rechazo popularizado entre los más humildes porque saben que va a traer problemas”.
En la movilización reclamarán por los cinco proyectos que promueven: “Emergencia Alimentaria” para garantizar los requisitos nutricionales; “Integración Urbana” que legislará sobre futuras expropiaciones de las tierras y acceso a los servicios básicos (ya tiene media sanción); “Infraestructura Social”, que exige al Gobierno que se destine un 25% de los fondos de la obra pública a las cooperativas; “Agricultura Familiar” que contempla la constitución de un fondo fiduciario público para facilitar el acceso a créditos. Y la “ley de Adicciones” que busca la creación de un fondo para campañas de concientización y atención para menores.
¿Hasta dónde está complicada la situación?, consultó este diario. ¿No exageran los que pronostican un estallido como en 2001? Para Castro, “el estado de ebullición no depende sólo de los más pobres: hay una situación dramática para las Pymes, para los trabajadores formales porque hay conflictos por todos lados. Esto es el estado de ebullición”. ■