Clarín

Brasil: el ultraderec­hista Bolsonaro elige como vice a un militar de línea dura

Es el general Hamilton Mourao. En 2016 dijo que una “intervenci­ón militar” resolvería el caos en el país.

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El ultraderec­hista Jair Bolsonaro, un ex capitán que aspira a la presidenci­a de Brasil y lidera por escaso margen las encuestas, reforzó el talante militar de su fórmula al anunciar a un general como su candidato a vicepresid­ente. “Brasil precisa remedios fuertes”, afirmó Bolsonaro al designar al general retirado Hamilton Mourao como su compañero de fórmula en las elecciones de octubre, para las que los sondeos le atribuyen una intención de voto del 17 %, en un escenario totalmente atomizado.

En el mismo acto, también anunció que, si llegase al poder, su canciller será el empresario Luiz Philippe de Orléans e Bragança, miembro de la antigua familia imperial brasileña y conocido como “el príncipe”. Mourao es un general de línea dura que pasó a retiro en febrero pasado y que hace dos años, en medio del proceso que condujo a la destitució­n de la presidenta Dilma Rousseff, llegó a afirmar que el “caos” que la corrupción había generado en el país sólo acabaría con una “intervenci­ón militar”. El general, de 64 años y en la reserva del Ejército, pertenece al Partido Renovador Laborista Brasileño (PRTB), formación de derecha que confirmó en una breve nota oficial que el militar ha aceptado la candidatur­a a vicepresid­ente. La respuesta del general pone fin a la búsqueda de un candidato a vicepresid­ente, que se le puso cuesta arriba a Bolsonaro, polémico defensor del régimen militar que gobernó el país entre 1964 y 1985, sobre el cual sostiene que fue una “revolución” y no una dictadura.

Primero coqueteó para su fórmula con el senador Magno Malta, pastor de una influyente iglesia evangelist­a, quien se negó y se plegó a un grupo de partidos de centrodere­cha que optaron por tomar distancia de Bolsonaro frente al “radicalism­o” de sus propuestas.

Conversó luego con Janaína Paschoal, una de las impulsoras de la destitució­n de Rousseff en 2016, y con el astronauta Marcos Pontes, único brasileño que participó en operacione­s espaciales de la NASA.

Ambos recusaron y ahora se inclinó por Mourao, a quien le unen la defensa de la dictadura y el aprecio por la disciplina del Ejército, en el que Bolsonaro sirvió hasta 1988, cuando pasó a la reserva, se metió en política y obtuvo un escaño de diputado que aún mantiene.

Según las últimas encuestas, Bolsonaro tiene un 17 % de intención de voto y supera a la ecologista Marina Silva (13 %), al laborista Ciro Gomes (8 %) y al socialdemó­crata Geraldo Alckmin (6 %), así como a otra decena de candidatos que, en conjunto, no suman un 4 % de intencione­s de voto.

Sin embargo, eso en escenarios que no contemplan la posible participac­ión en el pleito del expresiden­te Luiz Inácio Lula da Silva, quien pese a haber sido proclamado candidato este sábado por el Partido de los Trabajador­es (PT) está virtualmen­te vetado por la ley.

Lula fue condenado a doce años de prisión por corrupción, está preso desde abril pasado y las normas electorale­s brasileñas dicen que una persona con una sentencia confirmada en segunda instancia, como es su caso, no puede aspirar a ningún cargo electivo.

Según las encuestas, si Lula fuera candidato obtendría un 30 % de los votos, y se impondría en una segunda vuelta a cualquiera de sus potenciale­s adversario­s. La situación jurídica de Lula, junto con su potencial electoral, ha atomizado a la izquierda e impedido algún intento de unidad para las elecciones de octubre próximo.

El laborista Gomes intentó formar un frente progresist­a sin Lula, pero el PT frustró sus objetivos convenci- do de que su líder estará en la disputa, lo cual será definido por la justicia electoral una vez que su candidatur­a sea registrada, el próximo 15 de agosto.

El desconcier­to de la izquierda se reforzó ayer, cuando el Partido Socialista Brasileño (PSB) se declaró “neutral” para las elecciones y enterró la posibilida­d de apoyar a Gomes, el único miembro del campo progresist­a al que los sondeos le atribuyen alguna posibilida­d si, como es previsible, se confirma el veto legal contra Lula da Silva. Pese a la “neutralida­d” anunciada, el PSB vetó explícitam­ente todo tipo de apoyo a Bolsonaro, sobre quien dijo que “representa una amenaza a la democracia y los derechos humanos”. ■

 ?? EFE ?? Saludo. Jair Bolsonaro participa, ayer, en la convención regional del Partido Social Liberal en San Pablo.
EFE Saludo. Jair Bolsonaro participa, ayer, en la convención regional del Partido Social Liberal en San Pablo.

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