Clarín

“A los veintipico llegué a tenerle miedo a Mozart”

- Federico Monjeau fmonjeau@clarin.com

La gran pianista está de regreso en nuestro país. Esta semana actuará en el CCK, para luego tocar en el Interior. Durante un alto en los ensayos, habló con Clarín: su reciente gira con Barenboim, los “conflictos” alrededor de Mozart, cómo es tocar a cuatro manos y una debilidad: Marlon Brando.

Son las cinco de la tarde del domingo en la Sala Sinfónica del CCK. Martha Argerich no quiere interrumpi­r el ensayo de un arreglo para cuatro pianos de la Chacarera del 55, especialme­nte escrito por Guillermo Borgui para la ocasión. La acompañan los pianistas Graciela Reca, Mauricio Vallina y Alan Kwiek. Los acentos de la chacarera tienen sus vueltas y Argerich no está del todo conforme con los resultados. El paciente Kwiek la convence de hacer un alto y Argerich se dispone a charlar con Clarín sin salir del escenario, sentada en el mismo taburete del piano. Quizá no está del todo conforme, pero luce más relajada y risueña que nunca.

-¿Qué lindo suena ese arreglo, ¿no?

-Sí, pero todavía tengo que aprender-

lo, esa es la verdad.

-¿Cómo sentís la sala acústicame­nte?

-Bueno, no sé, todavía estoy un poco boleada. Yo ya toqué una vez aquí, me parece bien. Es completame­nte diferente al Colón. Tal vez aquella vez fue un poquito sordo. ¿Cómo se oye desde la platea?

-Muy bien. Además quitaron la cortina y movieron unas placas acústicas del techo. Parece que está en “modo piano”.

-Sí, a mí también me gusta.

-Daniel Barenboim había dicho que este año no venías, pero al final tuvimos la suerte de tenerte de nuevo.

-Sí, no vine con él porque el estaba con la Staatskape­lle.

-¿No te resulta un poco estresante el ritmo de Barenboim?

-Bueno, sí, pero me acostumbré bastante bien. Ultimament­e hemos tocado mucho, pero en Europa, y no con la Orquesta del Divan, sino con la Staatskape­lle, con la Filarmónic­a de Viena... En Viena hice la Fanstasía de Debussy, que tuve que aprender rapidísima­mente. Después él tocó a dos pianos conmigo y de ahí se marcho a Berlín porque tenía la ópera. Y entonces pasaron dos días sin tocar en Viena. Al tercer día aparecí de nuevo para tocar con él. Y no me sentía bien. ¿Sabés lo que me dijo?: “¿Ves?, tenés que tocar todos los días. Cuando tocás todos los días está muy bien. Dejás dos días y ya...”

-Cuando tocás a cuatro manos, ¿tenés preferenci­a por algún registro, el agudo o el grave?

-Depende de lo que toque. Cuando toco Mi madre la oca (Ravel), me gusta arriba. En la la Sonata de Mozart generalmen­te toco abajo. Pero puedo tocarla arriba. No sólo depende de la obra sino también de la compañía y de las circunstan­cias.

-Hablando de Mozart, vos solías decir que le ambigüedad de Mozart te resultaba terrorífic­a, pero últimanmen­te lo estás tocando un poco más.

Me decía Barenboim: ‘¿Ves?, tenés que tocar todos los días. Cuando tocás todos los días está muy bien. Dejás dos días y ya...’”

-Sí, lo vengo tocando bastante, especialme­nte con Barenboim, y eso me hace mucho bien, pero yo adoro tocar Mozart. Me encanta, quizá le perdí el miedo. Cuando era chica no le tenía miedo, después me vino el miedo. Ahora a lo mejor de nuevo estoy bien .

-¿A qué edad te agarro ese miedo?

-A los 23, los veintipico...

-¿Fue una crisis?

-Sí, puede ser, pero la memoria no es muy fiel. ¿Qué se yo por qué? Tenía muchos complejos. Encontraba que toda la gente tocaba genial Mozart, pero que yo lo hacía horrible.

-Una vez dijiste que en el primer Beethoven encontraba­s un humor que después había emigrado a la música rusa. ¿Cómo es eso? ¿Cómo definirías el humor en música?

-Bueno, las cuestiones sarcástica­s, abruptas, que no tienen nada que ver. Las sorpresas, cuando no es exactament­e fluido, no es exactament­e...

-Previsible...

-Sí, claro, pero eso también existe en la música de Schumann, por ejemplo, los cambios de escena, y él también tiene cierto tipo de cosa así, pero no es lo mismo, porque no es sarcástico. Sus cambios de escena son completame­nte diferentes. Y bueno, te-

nemos la cuestión rítmica en la música rusa, o en el primer Beethoven. Pero también Haydn tenía esa cosa de humor. Ya con la Sinfonía Los Adio

ses y ese tipo de cosas. Creo que Alfred Brendel dice que los autores que piensan en términos de música vocal no tienen tanto humor. Sería el caso de Mozart. En cambio el humor tiene una naturaleza más instrument­al. Puede ser.

-Vas a tocar la Partita en Do menor de Bach, ¿no?

-Bueno, así parece.

-Generalmen­te volvés sobre las mismas obras. Parecés más una pianista intensiva que extensiva.

-Depende, también he tocado cosas nuevas, pero con la orquesta o en grupos de cámara. Lo que pasa es como casi no toco sola, no amplío el repertorio solista.

-Es como si exploraras más por dentro que por fuera...

-No es voluntario, no es fruto de una decisión. Es circunstan­cial, porque no tuve oportunida­d o no tuve ganas o no tuve estímulo. Pero no es a propósito.

-No te interesan las integrales, las grandes series.

-Para aprender quizá sí, pero para escuchar no. En un concierto prefiero un poco más la variedad.

-¿En Entre Ríos vas a hacer alguna visita al pueblo de tu madre (Juana Heller, nacida en Villa Clara, una colonia judía)?

-Me gustaría, nunca estuve.

-¿Te queda familia?

-No creo. Hay una hermana de mi madre, Clara Marta, que tiene sólo cuatro años más que yo. Pero no sé nada de ella. Tampoco tengo ya familia en Buenos Aires, pero de todas maneras me gusta volver a la Argentina.

-Te voy a hacer unas preguntas algo infantiles, sobre gustos.

-Ojo que soy de ascendente Virgo y analizo mucho.

-Tiene que ser lo primero que te viene a la cabeza.

-Bueno

-¿Una película?

El pequeño diablo, de Benigni.

-¿Un actor?

-¿Actual?

-De cualquier época...

-¿Por su belleza o por su arte?

-Lo que prefieras.

-Marlon Brando.

-¿Un libro?

- La insoportab­le levedad del ser, de Kundera.

¿Una bebida?

-Jugo de manzana.

¿Un pianista?

-Horowitz.

¿Un compositor?

-Beethoven.

-Pensé que me ibas a decir Schumann.

-Bueno, sí, también Schumann, pueden ser los dos, y más también, pero sólo podía decir uno. ■

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 ?? JUAN MANUEL FOGLIA ?? Silencio, ensayo. Argerich, ayer, en el CCK. Durante un alto, habló con Clarín.
JUAN MANUEL FOGLIA Silencio, ensayo. Argerich, ayer, en el CCK. Durante un alto, habló con Clarín.

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