Un caso por fraude jaquea al equipo electoral del magnate
Rick Gates, el “2” de la campaña de 2016, admitió una evasión de fondos y contactos con oligarcas rusos.
Las balas del “Rusiagate” pican cada vez más cerca del corazón de la campaña republicana de 2016. Rick Gates, “número dos” del equipo electoral del hoy presidente de EE.UU., Donald Trump, admitió ayer haber cometido fraude bancario y fiscal junto a su jefe y mentor, Paul Manafort, y de haber tenido contactos con oligarcas rusos. Es la primera confesión de este calibre en un juicio de un miembro de la campaña del magnate. Gates también admitió haber ocultado en cuentas “off shore” dinero obtenido por el trabajo como asesor político en Ucrania junto con Manafort.
Gates está considerado como el testigo más importante en el juicio que se desarrolla en una corte de Virginia contra Manafort, acusado de 18 cargos de fraude y, que entre junio y agosto de 2016 dirigió la campaña de Trump para las presidenciales. Por ahora, no está en juicio lo que hizo el consultor político republicano, de 69 años, mientras sirvió como jefe de la campaña de Trump. Pero quedan al desnudo sus contactos con los rusos y su falta de escrúpulos a la hora de hacer negocios y esconder dinero al fisco.
Manafort y Gates se entregaron al FBI en octubre de 2017 y se declararon no culpables de los cargos que presentó en su contra el fiscal especial Robert Mueller, que investiga los supuestos lazos entre Rusia y la campaña de Trump. Pero en febrero, Gates traicionó a su jefe al declararse culpable y acceder a colaborar con Mueller. Su testimonio comenzó el lunes y continuó ayer.
Sentados muy cerca uno del otro, Gates apenas miró a Manafort y su testimonio fue emitido en forma pausada y tranquila. El momento de mayor impacto fue cuando el equipo de Mueller le preguntó si había participado en alguna actividad criminal con Manafort. Gates respondió: “Sí”. Reconoció que asesoraron entre 2006 y 2017 a gobiernos extranjeros, incluido el del ex presidente prorruso de Ucrania Viktor Yanukovich (20102014) y otros oligarcas rusos, a los que ayudaron a mejorar su imagen sin comunicárselo a las autoridades de EE.UU., lo que constituye un delito.
Manafort recibió solo en Ucrania 60 millones de dólares, que supuestamente ocultó en empresas fantasma y cuentas bancarias en el extranjero, según la acusación. Gates afirmó que él y Manafort tenían 15 cuentas bancarias en otros países y que no las declaró al fisco “siguiendo las directivas de Manafort”. Además, admitió una gran cantidad de delitos, desde falsificar sus declaraciones de impuestos hasta lavado de dinero.
El de Manafort es el primer juicio que se ha puesto en marcha como consecuencia de las investigaciones sobre la supuesta intromisión de Rusia en la campaña de 2016. Y es solo una pieza del rompecabezas. ■