Dudas y temores entre los iraníes por el futuro
Problemas. El regreso de las sanciones amenaza con agravar la crítica situación económica. Ya hubo protestas en las calles.
Los iraníes afrontan con preocupación la imposición de las sanciones estadounidenses, que entraron ayer en vigor, y con dudas hacia el nuevo plan económico aprobado por el Gobierno para aliviar la crisis y mitigar sus efectos.
Aunque muchos ciudadanos afirmaron durante los dos últimos años que no sentían los beneficios del acuerdo nuclear de 2015 y el consecuente levantamiento de las sanciones internacionales, el regreso de estos castigos ha despertado de nuevo los temores ante los problemas económicos que sufre el país. Por ese pacto firmado entre Irán, Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China, los iraníes se comprometían a frenar su programa atómico a cambio de inversiones. Pero en mayo Donald Trump sacó a su país del pacto afirmando que no era conveniente y que Teherán no cumplía, lo que fue negado por las agencias de la ONU que deben fiscalizarlo.
Ahora, la escasez de productos, la inflación y el aumento del desempleo son las principales preocupaciones de los ciudadanos, cuyo descontento estalló la semana pasada en protestas esporádicas en varias ciudades.
Antes de que Trump anunciara su retirada del pacto nuclear y la reim- posición de sanciones, la certeza de que esto iba a ocurrir ya creó incertidumbre y provocó una devaluación de la moneda nacional. Cada nueva declaración sobre las sanciones o cruce de amenazas entre Washington y Teherán estuvo seguido también por una mayor depreciación del rial, que ha perdido más de la mitad de su valor desde abril, fomentando el alza de los precios.
El precio de los productos lácteos se incrementó la semana pasada un 32 por ciento, mientras que el del po- llo alcanzó los 110.000 riales, frente a los 70.000 de finales de julio. La devaluación de la moneda ha dificultado también las importaciones, que ahora además se ven afectadas por las sanciones estadounidenses, que penalizan el comercio de productos como el oro y ciertos metales y prohíben la compra de dólares por parte del Gobierno iraní.
Esta situación desesperada llevó a cientos de personas a protagonizar la semana pasada manifestaciones con- tra las políticas económicas del Gobierno, que en algunos casos han derivado en disturbios y en críticas contra el propio sistema de la República Islámica. Para intentar solucionar los problemas económicos de la población y atenuar el efecto de las sanciones estadounidenses, las autoridades pusieron en marcha esta jornada un nuevo paquete de medidas, cuyo resultado es por el momento dudoso.
El gobierno de Hasan Rohani anunció que el Banco Central seguirá ofreciendo el dólar al tipo de cambio oficial de 42.000 riales para la importación de alimentos básicos y medicamentos, mientras que los exportadores no petroleros venderán su divisa a otros importadores de bienes necesarios. Al mismo tiempo, se relajan las medidas que regulan la tasa de cambio del rial, lo que permitirá la reapertura de las casas de cambio, cerradas en su mayoría desde abril tras la imposición del tipo oficial.
Sin embargo, las casas de cambio de Teherán estuvieron ayer en su mayoría cerradas y las pocas abiertas no compraban ni vendían divisa, mientras que los compradores ilegales en la calle ofrecían 85.000 riales por un dólar. Empleados de esas casas indicaron que aún no han recibido las ordenes del Banco Central de cómo actuar, dejando a los clientes con las manos vacías y muchas quejas. ■
El abandono de EE.UU. del pacto nuclear hizo que el rial se devaluara un 50% en cuatro meses.