Casi tres meses para volver a gritar goles argentinos
El equipo de Biaggio había sufrido la venta de dos titulares y había arrancado mal ante un Tigre acosado por el descenso. Con el poder de sus atacantes, rescató un punto de visitante.
Después de 88 días, volvió la Superliga. Vélez derrotó 2-0 a Newells en Liniers y picó en punta. Y San Lorenzo, que visitó a Tigre en Victoria, remontó un 0-2 para empatarlo. Hoy se juegan cuatro partidos y mañana debutan Boca y River.
San Lorenzo resiste, aguanta, se sos- tiene por sus delanteros. Por ellos, de Victoria se llevó un empate dulce después de haber empezado 2-0 abajo. Blandi y Reniero le dieron un punto a los de Claudio Biaggio ante Tigre en el inicio de la Superliga. El Ciclón no juega bien, le cuesta llenar el vacío que dejaron las salidas de jugadores importantes en posiciones claves, como Robert Piris Da Motta la semana pasada y el chileno Paulo Díaz un día antes del debut. Pero resiste. Enfrente tuvo al equipo más necesitado de la Superliga, que inicia la temporada con el promedio más bajo, que lucha contra sus propias urgencias y que logró sorprenderlo de entrada.
No es una sensación. Hace rato que San Lorenzo no muestra en la cancha a través del juego lo que marca su chapa histórica de equipo grande. Retrocede mal y el medio no conecta. Y, como ante Temuco que perdió en la cancha y ganó en el escritorio, no tiene un conductor. Rubén Botta juega muy lejos del resto y queda muy aislado. Y el equipo que dirige el Pampa Biaggio apenas inquietó con la sociedad entre Nicolás Blandi y Pablo Mouche por izquierda. Ariel Rojas todavía no se adapta a un equipo que lo necesita mucho y Franco Moyano queda muy solo.
En ese terreno, Tigre fue el que marcó rápido la diferencia con un Lucas Menossi siempre bien ubicado y criterioso para jugar. Se lució primero en el gol, al controlar de derecha y definir con un exquisito zurdazo que colocó la pelota en el ángulo derecho de Nicolás Navarro; y después, tras una mala salida de San Lorenzo, al asistir a Federico González, quien definió con un zurdazo cruzado. El Marciano Jorge Ortiz -un escalón abajo- se complementa bien con Menossi. Y Sebastián Prediger, unos metros más atrás, intentó darle equilibrio. El medio de Tigre, en definitiva, fue lo mejor del equipo del Lobo Ledesma y no es casualidad.
Las falencias más notorias del entrenador que supo ser un exquisito volante central en River, Racing y Argentinos fueron en el ataque (Vera luchó mucho y jugó poco) y en la defensa: el grosero error de Canuto fue
La venta de Paulo Díaz no me alegró porque fue sobre el inicio del torneo, pero económicamente es un alivio para la tesorería. Y en ese puesto hay variantes”. Matías Lammens
Presidente de San Lorenzo
(porno) gráfico antes de la buena definición de Reniero. Esa situación y la desprolijidad de Espinoza demorando demasiado la justa sanción del gol de Blandi le permitieron a San Lorenzo igualar un partido que se le había presentado muy adverso.
Párrafo aparte para la actuación del árbitro tras el gol de Blandi. Aunque acertado, el fallo puso nervioso al juez y a los hinchas locales. Empezó a sacar el partido adelante sin querer meterse en problemas. Pero cada vez que cobraba, lo insultaban. Perdió la línea y sobre el cierre del primer tiempo terminó increpando (pecho con pecho) a Lucas Rodríguez.
San Lorenzo salió a jugar el segundo tiempo con el aplomo y la tranquilidad que le había dado el empate. Biaggio adelantó unos metros a Mou-
che y Botta se acomodó mejor en el medio, más cerca de Rojas. El visitante tuvo la posesión de la pelota en el primer cuarto de hora y generó tres jugadas claras de gol. Pero apareció el joven arquero Marinelli para salvar a Tigre en un zurdazo de Mouche y en una media vuelta de Blandi, aunque también salió mal a cortar un pelotazo y Botta casi mete un golazo desde más de 40 metros.
Ledesma advirtió que Tigre había perdido la pelota y sacó a Ortiz para poner a Pérez García. El partido se equilibró. Y pasó más bien poco. Recién cerca del final un remate a colocar de Cavallaro (reemplazó a González ) y un tiro libre de Walter Montillo (entró por Cachete Morales) pudieron haber cambiado la historia. ■