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El escalón más alto Del Potro alcanzó el N°3 del mundo

Burdeos supervisó su formación desde los 8 años y lo respaldó cuando lo sancionaro­n por ser fichado como menor de edad. “Después de lo que sufrí, soy muy feliz por estar acá y lo disfruto al máximo”, comenta a los 22 años.

- Cristian Gómez crgomez@clarin.com

Valentín Vada disfruta la titularida­d, convertir goles y repartir asistencia­s en el Girondins de Burdeos, uno de los clubes más ganadores de Francia, donde lleva tres temporadas y 80 partidos. Claro que detrás de este buen presente hay una historia de sufrimient­o y de superación en este santafesin­o de 22 años que debió purgar casi dos años de suspensión por parte de la FIFA, lo que explica su felicidad por este momento en la Ligue 1 y en la Liga de Europa.

En San Jorge veían que su clase era superior. Y como el club Guadalupe era parte del Proyecto Crecer, una escuela de perfeccion­amiento de talentos, se mudó a San Francisco, Córdoba, para jugar unos años. Hasta que desde esa filial del Burdeos, ansiosa por llevarse jóvenes a sus divisiones formativas, partió hacia Europa.

“A partir de los ocho o nueve años me empezaron a supervisar y me querían traer para adaptarme a Burdeos, a los entrenamie­ntos y a la vida de acá. Se dio poco a poco. Viajaba con mi familia por algunos meses a Francia y después volvía a la Argentina”, recuerda sobre esos días en los que soñaba con convertirs­e en profesiona­l. Pasaron varios viajes para mimetizars­e con la ciudad que sería su nuevo hogar y con el equipo que lo adoptaría hasta que en 2010, con apenas 14 años, Valentín y su familia tomaron la decisión de emigrar y de sumarse al proyecto que le ofrecía el club francés. Pero no todo era color de rosas como parecía. Y se vino la oscuridad.

“El club le quería hacer creer a la FIFA que mi familia venía a Francia por trabajo, porque Argentina estaba mal económicam­ente. Pero se dieron cuenta de que en realidad yo llegaba acá por el fútbol. Tuve un problema muy grande y me quedé parado casi dos años por la FIFA. Fui como cinco veces al TAS (Tribunal Arbitral del Deporte), a Suiza, donde hablé con el presidente y sus abogados. Se había armado un lío bastante grande”, recuerda desde Burdeos en diálogo con Clarín.

Debido a esa suspensión de la casa madre del fútbol por haber sido transferid­o cuando era menor de edad, Vada tenía prohibido jugar para su club, pero podía entrenarse. “Sufría. Iba a ver a mis compañeros y me quería morir. Yo decía: ‘Soy un pibe, lo único que quiero es jugar’. No miraba la plata. No miraba nada. Era un pibe que tenía unas ganas terribles de demostrar”, desgrana al reflexiona­r sobre su momento más triste a nivel deportivo.

-¿En algún momento sentiste frustració­n y te quisiste volver para Argentina?

-Sí, antes de que llegara el transfer. La última vez que había ido al TAS me habían dicho que era muy difícil que me habilitara­n. Varios equipos argentinos me querían: San Lorenzo, River, Boca… Podía irme al equipo que quisiera. El Burdeos quería que me fuera un año y volviera, pero si yo llegaba a hacer un año bueno, los equipos argentinos no me iban a dejar volver nunca más y ese era el miedo que tenía el club. Lo discutimos con mi familia y llegamos a la conclusión de esperar la respuesta del TAS.

En ese tiempo de incertidum­bre, el argentino encontró apoyo en los entrenador­es del club y en su familia para digerir ese trago amargo. “Hablaba mucho con los técnicos, sobre todo con Patrick Battiston”, cuenta sobre el tres veces mundialist­a con la Selección francesa, campeón de la Eurocopa 1984 y responsabl­e del centro de formación del equipo.

“De todos modos fue muy difícil, porque yo perdía ritmo de juego y se le hacía difícil a mi

familia porque me veían sufrir por no jugar. Lo único que quería y que me hacía feliz era jugar al fútbol. Y yo simplement­e me estaba entrenando y no podía disfrutar”, se sincera.

Parecía que el Tribunal continuarí­a denegándol­e la habilitaci­ón, pero llegó el milagro. “Cuando me llamó el presidente del club y me dijo que habíamos ganado, saltamos de la felicidad con mi familia”, recuerda con alegría a través del teléfono. Después de lucharla por mucho tiempo, por fin Valentín estaba habilitado por la FIFA y, con casi 18 años, iba a poder debutar en el club que había confiado en él.

-¿Qué recuerdos tenés de tu debut? ¿Cómo fue esa previa?

-Fue en la Copa Gamberdell­a con el Sub 19. Es un equivalent­e a la Copa de Francia, pero de jóvenes. En el primer partido hice el gol de la victoria y a la noche no dormía por el estrés, porque venía mucha gente al estadio y tenía mucho miedo de no sentirme bien, de no andar bien, porque estaba fuera de ritmo. Por suerte me salió el partido perfecto: pude hacer el gol de la clasificac­ión y ganamos la copa. Ese año además jugamos en el mismo estadio que los profesiona­les y ellos también ganaron la Copa de Francia, así que fue el doble de felicidad.

Ante su inminente explosión, los medios franceses no se hicieron esperar y hubo más de uno que empezó a llamarlo “el niño prodi

gio” y las comparacio­nes con Lionel Messi no cesaron. “Acá te inflan muy rápido. Yo no había jugado ni un partido y ya me comparaban con él porque vine de Argentina desde chico. Pero nada que ver. Además yo siempre jugué de enganche, pero acá, al jugar con un 4-3-3,

empecé a ocupar una posición más ofensiva en el mediocampo. Igualmente no hay ni

comparació­n con Messi ni con nadie”, afirma categórica­mente Vada, quien en su posición tiene de ídolos a Luka Modric, Iván Rakitic, Andrés Iniesta y Juan Román Riquelme.

Después de haberse puesto la camiseta azul y blanca para el debut en las juveniles, le llegó el turno del primer partido en Primera. El 10 de diciembre de 2015, cinco años después de su llegada a Francia, el entrenador Willy Sagnol confió en él y jugó desde el arranque en el 2 a 2 frente al Rubin Kazan ruso, por la fase de grupos de la Liga de Europa. Y se dio el lujo de dar una asistencia.

Con tres temporadas y 80 partidos como protagonis­ta en su equipo y en el fútbol francés, Valentín es una voz autorizada para hablar sobre el dominio en la liga por parte del París Saint-Germain.

“Es imposible pelearle el campeonato al PSG. Cuando ves la clase de jugadores que tiene, esa delantera con Edinson Cavani, Kylian Mbappé y Neymar, ¿qué podes hacer más que meterte atrás? Sabés que cuando te meten un gol, te hacen tres, cuatro, cinco... Es un equipo imposible de jugarle, porque además no simplement­e tiene ese ataque sino que es un conjunto. Ellos están armados para ganar la Liga de Campeones –reafirma-. Más allá de que hay equipos también muy buenos, como Lyon, Marsella o Mónaco, que hace dos temporadas ganó la liga, estos ganan el campeonato cada diez años. Con los jugadores de calidad que tiene PSG, están para ganarlo todo. Se hace muy difícil”.

Valentín comparte las metas que se plantean en el club, a pesar de tener muy pocas chances de alzarse con el título. “Nuestro objetivo siempre es terminar dentro de los seis mejores equipos y, si es posible, clasificar­nos directamen­te a la Liga de Europa –relata-. También buscamos llegar lo más lejos posible en la Copa de la Liga y la Copa de Francia y aspiramos a ganarle en esas competicio­nes al PSG, Lyon o Marsella”.

Con casi una década de residencia en Burdeos, la conoce muy bien. “Soy muy feliz por estar acá y lo disfruto al máximo –resume-. Es una ciudad grande como Rosario, pero mucho más calma. Acá la gente sabe quién sos pero no anda tirándose encima. Hay mucho respeto. Cuando vas a comer, te pueden llegar a mirar y cuando te levantás te pueden pedir alguna foto, pero te dejan vivir tranquilo”. -Después de haber pasado de todo en Burdeos, ¿qué significa el club para vos?

-Es el club que me formó. Para mí significa mucho, ya que hace casi la mitad de mi vida que estoy acá. Es grande para mí y para mi familia porque desde un principio nos apoyaron, me llevaron hasta donde estoy hoy y les voy a estar agradecido toda mi vida. Es un club que siempre va a estar guardado en mi corazón.

Las malas quedaron atrás. Valentín Vada disfruta su momento en Burdeos y lo vive a pleno con su familia y con su novia. En su hogar juega de tanto en tanto a la Play. Y se le animó al tenis… con mal resultado. “Fui a practicar dos o tres veces, pero soy muy malo”, afirma entre risas. Mejor que siga con el fútbol que es lo suyo.

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 ?? AFP ?? Pura felicidad. Valentín Vada lleva tres temporadas y 80 partidos en el Burdeos y reconoce que al PSG está “armado para ganar”.
AFP Pura felicidad. Valentín Vada lleva tres temporadas y 80 partidos en el Burdeos y reconoce que al PSG está “armado para ganar”.
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AFP En acción. Vada lleva la pelota dominada en el medio, en un partido por la Ligue 1.
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En pareja. Valentín tiene a Antonella, su novia, como uno de los pilares en su vida.
 ??  ?? En familia. Con sus padres, sus hermanos y su novia, en el Girondins de Burdeos.
En familia. Con sus padres, sus hermanos y su novia, en el Girondins de Burdeos.

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