Acá la clave serán las cuentas externas
La meta principal que Argentina se juega con el Fondo Monetario es la fiscal. El déficit primario debe (¿tiene?) que cerrar en 2,7% del PBI este año y 1,3% el próximo. Sin embargo, y si algo dejó en limpio la crisis cambiaria que perjudicó al país en estos meses es que el frente externo también importa. No son pocos quienes creen que el plan Macri de llegar al Gobierno en 2015 y despejar a la economía de trabas, chocó contra una restricción que la Argentina sufre desde hace décadas y no estuvo en el diagnóstico de los planes de la Fundación Pensar: el país no tiene tolerancia a la deuda externa y como sus exportaciones en volúmenes permanecen igual que hace una década, cada vez que se endeuda de manera abrupta crecen los riesgos de chocar contra un corte del chorro de financiamiento. Y eso es mas o menos lo que sucedió en los últimos meses. Durante la crisis, en Clarín fueron entrevistados economistas como Guillermo Calvo, Roberto Frenkel, Roque Fernández, Pablo Gerchunoff, Mario Blejer y Miguel Angel Broda, entre otros. Todos ellos coincidieron a grandes rasgos: el Gobierno dejó atrasar demasiado el dólar, la deuda aumentó en demasía y el déficit de cuenta corriente envió una señal de alerta al mundo cuando las condiciones de financiamiento cambiaron.
La mejora del saldo comercial y de la cuenta corriente son relevantes si el Gobierno se propone, entre otras cosas, reducir el stock de Lebac ofreciendo reservas (ver Analizan...). Es cierto que desarmar esa ‘bola’ prometiendo dólares que serán difíciles de conseguir puede no ser una buena idea si no están bien hechos los números. Desde ese punto de vista, el resultado de la cuenta corriente es clave. Dicho de otra manera: ¿habrá suficientes dólares?
Es cierto que en este ajuste que hace la Argentina, hay dos novedades. Una, que el precio del dólar no está atado. La segunda, que ni hay contratos firmados en dólares ni descalces en el sistema financiero. Las exportaciones reaccionarán. También los viajes al exterior. Según Eco Go, el rojo de cuenta corriente pasaría de 31.324 millones de dólares en 2017 a menos de US$ 20.000 millones en 2019.
Eso también se llama ajuste. Y es lo que se ve hoy.. ■