Trump duplicó los aranceles al acero y al aluminio turco y se derrumbó la moneda local
El mandatario estadounidense llevó a 50% y 20% la tasa. La lira turca cayó un 16% frente al dólar. El presidente Erdogan llamó a enfrentar una “guerra comercial”.
Envuelto en su “America first” y su política exterior aislante y en quiebre con sus históricos aliados, el presidente estadounidense Donald Trump duplicó este viernes los aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio procedentes de Turquía, provocando una debacle en la economía local y especialmente en la lira, que cayó estrepitosamente. La crisis tiene también el condimento extra del enfrentamiento diplomático entre ambos países, que derivó hace un año y medio en la detención de un pastor norteamericano acusado por Ankara de terrorismo y espionaje.
Para enfrentar este escenario crí- tico el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que tiene uno de sus mayores desafíos económicos desde que llegó al poder en 2003, recurrió al discurso nacionalista, como lo hizo en otras oportunidades, y llamó a la población a enfrentar una “guerra económica”. “Si tienen dólares, euros u oro bajo el colchón, vayan a los bancos a cambiarlos por liras turcas. Es una lucha nacional”, urgió Erdogan en un discurso televisado. Pero durante su intervención, la lira cayó aún más, muestra de la insatisfacción de los mercados.
Fiel a su estilo, Trump hizo su anuncio en Twitter, que resultó catastrófico para la economía turca. “Acabo de autorizar la duplicación de las tasas aduaneras sobre el acero y el aluminio procedentes de Turquía ya que su moneda, la lira turca, cae rápidamente contra nuestro dólar fuerte”, escribió. La Casa Blanca ya había impuesto en marzo aranceles aduaneros suplementarios de alrededor de 25% y 10% a las importaciones de acero y del aluminio, lo cual significa que ahora esos productos estarán gravados en lo sucesivo con un 50% y 20% respectivamente.
El horizonte negro dibujado por la drástica decisión estadounidense y la incertidumbre política sobre la economía local hizo que la lira turca se devaluara este viernes un 16,4% frente al dólar, pasando a cotizar 6,4 y picos de 6,87, un máximo histórico. En lo que va del año la lira perdió más del 63% de su valor en relación a la divisa extranjera.
La pelea entre Estados Unidos y Turquía se deterioró sensiblemente en los últimos dos años, lo que hizo que Erdogan se alineara con Rusia en varios temas complejos de la región, pese a ser un socio importante de la OTAN. Uno de los desencadenantes fue el frustrado intento de golpe de Estado de una fracción de las Fuerzas Armadas en julio de 2016.
Erdogán culpó al clérigo Fethullah Gülen, autoexiliado en Estados Unidos, de estar detrás de la intentona, y también a Washington de respaldar ese movimiento. Varias veces reclamó a la Casa Blanca que extraditara a Gülen, algo que los estadounidenses nunca aceptaron.
A partir de allí las relaciones bilaterales se deterioraron, lo que se incrementó con las acciones bélicas lanzadas por Turquía en Siria para exterminar a la oposición Kurda que se había asentado en la frontera. Estados Unidos respaldó a los kurdos, quienes fueron feroces combatientes contra el terrorismo del ISIS.
En el marco de esta disputa, en octubre de 2016 el gobierno de Erdogan encarceló al pastor estadounidense Andrew Brunson, de 50 años, a quien acusó de terrorismo y espionaje. Sostiene que está vinculado al movimiento de Gülen. La Fiscalía pide hasta 35 años de cárcel, buscando una sanción ejemplar.
Trump ha exigido personalmente en varias ocasiones la puesta en libertad de Brunson. Las autoridades turcas, por el contrario, decidieron mantenerlo en arresto domiciliario
en su casa de Esmirna. En septiembre pasado Erdogan había insinuado a Washington la entrega de Brunson a cambio de la extradición de Gülen. Hubo inclusive una reunión entre altos diplomáticos de ambos países por este tema el miércoles pasado, pero no se pusieron de acuerdo.
Los observadores esperaban desde entonces que Washington impusiera nuevas sanciones para aumentar la presión sobre Turquía con el fin de lograr la liberación del pastor. “Nuestras relaciones con Turquía no pasan por un buen momento”, dijo ayer Trump en alusión a su histórico aliado militar en la región.
La divisa turca sufre pérdidas desde hace años, pero la hemorragia se agravó recientemente. Si bien una de las causas es la crisis diplomática con EE.UU., a los mercados también les preocupa la orientación de la política económica de Erdogan y el rechazo del Banco Central turco a elevar las tasas de interés para frenar una inflación que en julio llegó casi al 16% interanual. Muchos economistas consideran que es un paso necesario para regular la inflación y apoyar la lira, pero Erdogan es hostil. En un aparente intento de enviar señales positivas a los mercados, el nuevo ministro de Finanzas, Berat Albayrak - que además es yerno de Erdogan-, insistió en la “importancia” de “la independencia del banco central” turco.
Desde que llegó al cargo, en junio pasado, Albayrak intentó en vano tranquilizar a los mercados, que ven con malos ojos el creciente control de los asuntos económicos por el presidente, a quien una reforma constitucional le dio poderes absolutos.