Clarín

Gardel jamás lo imaginó: hubo dos casamiento­s en su casa del Abasto

El Zorzal era un soltero empedernid­o pero, desde ayer, su museo es un lugar para dar el sí.

- Nora Sánchez nsanchez@clarin.com

¿Qué hubiera opinado Carlos Gardel si se hubiera enterado lo que iba a pasar en la que fue su casa? Él, que era un soltero empedernid­o. Que cuando, entre gira y gira, estaba en esa vivienda de Jean Jaurés 735 que compartía con su madre, dormía en una cama de bronce de una plaza. Pero ayer, por primera vez, se casaron dos parejas en ese sitio histórico para el 2 x 4, en el marco del Festival y Mundial de Tango. Y de acá en adelante, la que es la Casa Museo del Zorzal criollo quedará incorporad­a en la lista disponible para la modalidad de Matrimonio­s en Lugares Emblemátic­os que ofrece el Ministerio de Gobierno a través del Registro Civil de la Ciudad.

“La realizació­n de matrimonio­s en lugares emblemátic­os nos permite salir de los estrados solemnes del Registro Civil, buscando cercanía con el vecino. La idea es que el matrimonio sea una fiesta en sí misma. Por eso hoy estamos en esta centenaria casa en la que vivió el máximo referente del tango, don Carlos Gardel”, explicó ayer José Luis Badur, subgerente operativo de Matrimonio­s del Registro Civil de la Ciudad.

Gardel compró la casa chorizo de Jean Jaurés en junio de 1926. Algunas versiones dicen que se la vendió un amigo suyo que vivía en Francia en $ 50.000 de la época. Él pagó $ 5.000 al contado y el resto en cuotas. Se trataba de una residencia modesta donde, hasta 1917, había funcionado un prostíbulo. En 1918, se transformó en una sastrería para señoras.

El Zorzal y su madre, Berta Gardés, antes vivían en un departamen­to alquilado en Rincón 137, hasta que se mudaron a esta residencia en la zona del Abasto. “Es la casa de mamá”, solía decirle Gardel a sus amigos más íntimos, los únicos que podían visitarlo en ese lugar. Berta prefería estar sola.

El lugar elegido para las ceremonias fue el patio principal, donde Gardel jugaba con su perro Blanquito, un fox terrier. Y, por supuesto, sonaron sus canciones.

La primera pareja que se casó fue la de Carolina Rodríguez (26) y Facundo Acevedo (24). La de ellos es una larga historia de amor: se conocen desde los 10 años. Fueron padres muy jóvenes y tienen dos hijos, Bastian y Aron, y ella está embarazada de 7 meses. Decidieron contraer matrimonio y nada menos que en este sitio clave de la historia del tango. “Decidimos casarnos princi- palmente por el amor y este lugar nos pareció muy atractivo por todo lo que ofrecía y porque tiene mucha historia”, contaron, ya libreta en mano.

Cerca del mediodía, fue el turno de Victoria Azpeitia y Brian Romero. Ella tiene 26 años y él 24, aunque este domingo va a cumplir 25. Se conocieron hace años porque ambos pertenecen al grupo de jóvenes FJU. “Un amigo en común convocó a los que querían aprender a hacer edición en video en Adobe Premiere, porque yo podía enseñarles. Ella fue una de mis alumnas y eso nos acercó”, relató Brian.

“Nos pareció una excelente idea casarnos en la casa de Gardel -dijo-. Incluso desde el plano visual, viéndolo como fotógrafo, este lugar me pare- ce mucho más adecuado y más lindo para imágenes del casamiento”.

Y continuó: “Es un sitio icónico de la Ciudad y Gardel es el más grande del tango. Tenemos admiración hacia él como artista y esta fue su casa de verdad, ubicada en un barrio tanguero de toda la vida. Personalme­nte, me agrada el tango. Aunque no soy fanático, solía bailarlo como alumno del Colegio Nacional N° 3 Mariano Moreno, en Almagro. Mi abuelo materno sí era fanático y mis abuelos paternos, inmigrante­s italianos, también eran del palo del bandoneón”.

Gardel solía ensayar en una de las habitacion­es que daban hacia Jean Jaurés. Después de su trágica muerte en un accidente aéreo en Medellín, el 24 de junio de 1935, su madre siguió viviendo en esa casa. El cuarto de él permaneció intacto, con su angosta cama de bronce, una mesa de luz, un armario repleto de sombreros y varios retratos. Incluyendo uno suyo, de cuando tenía 4 años.

Berta murió el 7 de julio de 1943 y la casa fue heredada por Armando Defino, apoderado y representa­nte de Gardel. A su vez, la viuda de ésta se la vendió a los hermanos Ramos Machado, que la transforma­ron en una tanguería. Finalmente, la compró el empresario Eduardo Eurnekian, que en 2000 se la donó a la Ciudad para que la convierta en un museo, inaugurado en 2003. Entre 2016 y 2017, la casa fue sometida a una remodelaci­ón. Y ahora es un nuevo escenario para el “Sí, quiero”.

“Este es un momento memorable -sostuvo Brian, uno de los novios-. Vamos a poder decir que fuimos de las primeras parejas en casarnos en la casa de Gardel”, se enorgullec­ió. ■

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Brian y Victoria. Una de las parejas que se casaron ayer en el Museo de la antigua casa de Gardel.
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El lugar. Están en Jean Jaurés 735. Gardel lo compró en 1926.

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