¿Quién regula los incrementos en los geriátricos privados?
Mi tía, María López Corral, de 90 años, hace 8 que es “clienta” en el geriátrico San Bruno, en Flores. Duerme en un habitación para cuatro personas y yo proveo silla, colchón antiescaras, remedios y refuerzos alimenticios.
Hasta fines de agosto, y todos estos años, aboné la cuota del geriátrico con su jubilación y pensión más mi dinero (del 82% móvil y 30 años como instrumentadora, nada), con cuotas incrementadas cada 6 meses en un 12%. Hoy, $ 27.000. El dueño me avisa que a partir del 1° de setiembre la cuota se irá a $ 35.000. Un 35% de incremento.
Luego de muchos trámites, el PAMI le dio ayuda domiciliaria durante 40 días y lo interrumpió de un día para otro hace un mes por los recortes de economía. Nuevamente, tengo que pagarle a una persona para que ayude a mi tía a comer. Ella es baja de glóbulos y se deshidrata continuamente por falta de personal del geriátrico. Debo abonar una kinesióloga por la inmovilidad que los lleva vivir en esos espacios poco controlados, esencialmente respecto del exceso de medicación. “Dopados” no molestan.
Me hago las siguientes preguntas. 1) ¿Quién regula los incrementos en los geriátricos privados? 2) ¿A quién debo recurrir para poder abonar el 12% y no el aleatorio y caprichoso 35% de incremento? Yo soy jubilada también. No es conveniente ni humano cambiar hoy de lugar a la tía Maruja, y más difícil conseguir un geriátrico de PAMI en Flores inmediatamente. Los ”felizmente anunciados créditos nos hunden cada día más. Ana María Dubaniewicz anamadu1@yahoo.com.ar en donde todo se mide desde un “lado de la grieta”, la interpretación de las palabras siempre conlleva fatalmente a conferirle contenido político.
Pero hoy existen en nuestra sociedad realidades visuales, sensoriales y vivenciales que están ante nosotros día a día que no se pueden explicar de forma racional, ! y son innegables!: los millones de jubilados que cobran la jubilación mínima que se encuentran en una situación desesperante, con un horizonte cercano en donde no existen las palabras ni fe ni futuro, y si los que gobiernan lo desconocen no merecen gobernar. Si lo saben y lo ignoran, no merecen llamarse seres humanos.
No s cuestión ni de presupuesto ni de partidas dinerarias, sólo es cuestión de sensibilidad. Víctor Stortoni
victorstortoni@yahoo.com.ar
• No siempre hay que usar este espacio para quejarse y reclamar, aunque es cierto que son muchísimas más las veces que las instituciones funcionan mal.
En este caso quiero felicitar y agradecer al equipo médico de Ortopedia y Traumatología del Hospital Español de la Ciudad de Buenos Aires, por la calidad profesional y humana con que me trataron. Me sentí cuidado y contenido durante las tres semanas que duró mi internación, así como también al equipo de enfermeras del 3er. piso. Soy jubilado y no siempre recibimos un buen trato, lamentablemente. Luigi Rispoli annabuenosaires@yahoo.com.ar • En diciembre de 2008 perdí a mi cónyuge, Heber ( D.U. 92.156.761 y CUIL 20- 92156761- 9) por lo que en marzo de 2011 comencé a percibir la pensión por fallecimiento ( beneficio 15-5-5006187-0-6). Como me pagaban mucho menos de lo que me correspondía, en agosto de 2011 reclamé una actualización que me fue denegada por la cual tuve que ir a la Justicia (Expte.N° 107.749/2011). El Juzgado Federal de Primera Instancia de la Seguridad Social N° 9, dictó la Sentencia Definitiva N° 43.707 el 15 de agosto de 2014, dándome la razón sobre la actualización de mi pensión, pero la ANSeS apeló y 3 años después, el 7 de julio de 2017, la Cámara Federal de la Seguridad Social, Sala 1°, declaró desierto el recurso de apelación (3 años para no fundamentarlo). Después de muchas idas y vueltas logramos con mis letrados que el 24 de agosto de 2017 remitieran el expediente a la ANSeS.
Desde esa fecha, el organismo no se digna ni siquiera a recibir las actuaciones. Sara Cáceres chemecha@gmail.com