Guía para padres: claves para manejar el nuevo fenómeno
Especialistas dicen que a los chicos hay que ponerles límites, pero antes hay que entender a qué juegan.
¿Cómo se juega a Fortnite?
La partida arranca por un viaje en un colectivo volador que cruza una isla. Cada jugador -que elige un seudónimo y se le asigna un avatar- decide cuándo saltar. Luego planea con un ala delta hasta llegar al punto en el que quiera comenzar a jugar. Para sobrevivir, los jugadores forman equipos, exploran, consiguen armas, construyen (como en Minecraft), se esconden, defienden y, claro, matan. En el trascurso del juego, la tormenta va cerrando el espacio a un círculo cada vez más pequeño y deben eliminarse entre sí.
¿Y las formas de jugarlo? Playground: Práctica, donde los jugadores tienen vidas ilimitadas y pueden recorrer el mapa durante un tiempo determinado. Solos: El jugador participa de manera individual.
Dúos y Escuadrones (”squads”): El jugador participa con una pareja o un equipo (de 4 integrantes) que puede formar con sus contac- tos o con desconocidos a través del emparejamiento que hace el sistema. Batallas 50 vs 50: Partidas en las que se enfrentan dos escuadrones de medio centenar de jugadores cada uno.
¿Qué limites poner a los chicos?
La investigadora y consultora Alejandra Rabuini, ex vicepresidente regional de la Asociación Internacional por el Derecho a Jugar, da tres tips. Conversar sobre el juego y en particular sobre cada partida. La idea es escuchar el relato que cada uno construye a partir del juego. “¿Cómo estuvo el juego hoy?”, “¿Qué tuvo de nuevo?”, “¿Qué no te gusto?”, “Para eso es necesario que el adulto se haya acercado antes al Fortnite. Tiene que saber de lo que hablan sus hijos”, aclara.
Otro: Pactar un tiempo máximo de juego. Lo sugiere en especial para los menores de 12 años. “Cuando juegan individualmente, hay que anticipar que quizá la partida quedé inconclusa (en general duran 20 minutos). Pero cuando llegue el tiempo de cortar, hay que hacerlo” Si se juega grupalmente, pactar ese tiempo entre todos los integrantes.
El último: Recordar que Jugar es un juego y por ende necesario para el desarrollo. “Como adultos es necesario que nos involucremos. Si juega dos horas en una pantalla, compensar la propuesta con juegos al aire libre donde el desafío se encuentre en el mundo externo”, cierra Rabuini. ■