Milagros, la voz más joven del debate del año
Fue una votación entre alumnas y alumnos de escuelas secundarias lo que determinó que fuera Milagros Peñalba la estudiante salteña que viajó desde esa provincia hasta el kilómetro cero del país para convertirse, a los 16 años, en la oradora más joven entre todos los participantes de los debates que hubo en Diputados y Senadores sobre el proyecto que buscaba legalizar el aborto.
La decisión fue consensuada por la Coordinadora de Estudiantes Secundarios de Salta, que reúne a chicos de escuelas de esa provincia y que no está vinculada con ninguna agrupación política en particular. Había llegado una convocatoria desde Buenos Aires para que alguien viajara desde Salta a exponer la visión de muchos adolescentes de allí, y Milagros fue la elegida.
“Así empezamos con todos los trámites que había que hacer para formalizar la participación en el debate”, cuenta por teléfono desde la capital salteña. Su participación fue el 25 de julio, cuando la legalización tenía media sanción y había llegado a la Cámara Alta. De los más de ochocientos expositores que hablaron a favor y en contra de la legalización, Milagros ilagros fue la más joven.
“Sentí que era importante participar: tenía la esperanza de que los senadores y las senadoras de Salta escucharan nuestra posición y tomaran conciencia de que la provincia exige aborto legal, seguro y gratuito”, recuerda de aquellos días en los que se preparaba para hablar en Buenos Aires.
Milagros, que fue alumna de una escuela privada religiosa has- ta el año pasado y que en los últi- mos años, según cuenta, se convennció de que el aborto debía ser legaalizado.
“Vi graffitis sobre la legalización ón que me llamaron la atención y eso me dio curiosidad: empecé a leer sobre el tema y conociendo cada vez más”, explica esta adolescente que aún no tiene claro qué carrera va a estustudiar cuando termine la escuela.
“La legalización empezó siendo do el reclamo principal de La Coordi, pero las, los y les estudiantes nos organizaanizamos para militar también por otros os derechos”, sostiene, atravesada por el lenguaje inclusivo.
Con esa energía y el apoyo de sus padres, la joven salteña habló con firmeza ante senadores. Dijo, por ejemplo: “No tenemos educación sexual ni tampoco se nos proveen métodos anti- conceptivos, conce pero si nos quedamos embarazadas nos no juzgan en las calles, nos echan de los colegi colegios y se nos margina. Pero si abortamos nos lla llaman asesinos”.
T También contó Senado que en su provincia, un cuarto de los embarazos son so adolescentes .
“Por “Po un lado, quise que se supiera que eso de que S Salta es una provincia en la que todos se oponen opon a la ley no era cierto. Y también contar que existe mucha hipocresía respecto de qué pasa pas si te embarazás y qué pasa si decidís abortar”, abo reflexiona sobre su paso por las exposiciones pos ante funcionarios de la Cámara Alta. Alt Justo antes de que Milagros empezara sus su vacaciones de invierno en la escuela en la que cursaba cuarto año, una institución laica la y pública, la expulsaron: “Me ponían amonestaciones a que justificaban en cualquier cosa, pero era por mi militancia”, sostiene. Luego de que expusiera en el Senado, d se difundió en varios medios que la expulsión había sido tras esa participación pública: “Fue antes”, aclara Milagros. Ahora es alumna de una escuela privada.
El último miércoles, el día que se trató el proyecto p en el Senado, Milagros llegó temprano a la plaza Güemes, justo frente al Palacio Legislativo de Salta.
“A las 9,30 empezamos a ornamentar todo con verde e instalamos una pantalla para pasar el día de la votación allí”, cuenta. “Nos pasamos el día cantando y bailando. Hicimos una recorrida por la plaza 9 de Julio, donde está la Catedral. Nos gritaron cosas terribles.
“Yo tenía la convicción de que iba a ser ley, pero decidieron darnos la espalda. Muchos senadores dieron argumentos de ciencia o de tratados internacionales durante el debate, pero después, al momento de votar, sus argumentos fueron religiosos, y eso me pareció completamente arbitrario”, cuenta.
Y agrega: “Somos un montón de jóvenes luchando por el aborto legal, y no nos vamos a olvidar de los que votaron en contra. No van a tener nuestros votos”, asegura. Estuvo en Buenos Aires hace pocas semanas y no descarta volver para organizar los pasos a seguir entre los estudiantes secundarios para insistir con el proyecto.
“Enojada”, repite casi al final de la conversación. Fue la primera palabra que dijo detrás del “¿cómo estás?” que inaugura las conversaciones telefónicas.
“Hoy estoy enojada. Estoy descargando todo ese enojo en algo que estoy escribiendo, tal vez para mí, tal vez para compartir. Y pensando en cómo tenemos que organizarnos para ir desde la ciudad de Salta a los distintos departamentos de la provincia con La Coordi para que sea ley el año que viene”, sostiene, y remarca las sílabas para dejar en claro que la ola verde que descubrió casi por casualidad hace un tiempo al ver unos graffitis en las paredes de su provincia seguirá creciendo porque “el aborto legal es un derecho tan necesario que nos terminará uniendo a todos, sin distinciones políticas”. ■