La calle, el subte y los trenes: escenarios que sirven de vidriera para miles de artistas
Los músicos que salen a buscar al público Sólo en la Ciudad llegan a 3.300, según la asociación que los nuclea. Dicen que ganan unos $ 500 por día, en promedio, y que gracias a las presentaciones callejeras los contratan. “Hacer pasar un buen momento a la
De Colombia, Venezuela, Brasil, Chile, Costa Rica, Uruguay, Perú. De Francia, Inglaterra, España, Alemania. También de unos pocos países de África. De tango, folclore, rap, salsa, rock. Las ofertas de música de los artistas ambulantes en subtes, trenes, colectivos, plazas y esquinas de la Ciudad y el Gran Buenos Aires es muy amplia. Según la asociación civil Frente de Artistas Ambulantes Organizados (FAAO), sólo en Buenos Aires hay cerca de 3.300, entre músicos y de otras disciplinas. Y a nivel nacional, la cifra se acerca a los 20.000. Por una jornada de trabajo, la ganancia de cada uno de ellos puede superar los $ 500.
“Queremos impulsar un proyecto para que declaren a Buenos Aires como ‘La capital del arte callejero’ -explica Alejandro Cabrera Britos, presidente de FAAO-. Tenemos en mente organizar una actividad que llegue a todos los puntos de la Ciudad. Nuestra idea es que incluya seminarios y que también participen los colegas extranjeros”.
Durante dos martes de julio, cientos de artistas ambulantes se presentaron en la puerta de la Legislatura porteña para manifestarse en contra del proyecto de Ley 1664-J-18, presentado por el Poder Ejecutivo, que prevé reformar el Código Contravencional que, entre otras cosas , regula la actividad artística en la vía pública y en los espacios culturales. Pero la semana pasada desde el Ministerio de Cultura de la Ciudad salieron a aclarar que “las manifestaciones artísticoculturales a la gorra no constituyen contravención”. Tampoco, dijeron, lo es “el ensayo o práctica de música fuera de los horarios de descanso”.
Los artistas ambulantes están esperanzados. Cuentan que acaban de ser convocados por BA Música, que depende de Cultura de la Ciudad. “Es histórico para nosotros. La idea es generar recursos culturales y poder concretar algunos proyectos de arte callejero en el espacio público”, agrega Cabrera Britos.
Muchos de los artistas que los porteños cruzan en andenes, colectivos o plazas viajan, cada tanto, a distintos países de Europa. Lo hacen a partir de convenios entre los departamentos de Cultura de las embajadas. También participan en festivales internacionales de arte callejero, como los de Bilbao o Nueva Zelanda.
“La calle también nos genera una agenda de trabajo: muchos somos contratados por pasajeros para eventos privados”, revela Cabrera Britos. Y cierra: “Que no haya escenarios, que no haya esa división, hace que el público nos vea de otra manera. Están los que colaboraron sólo por ser solidarios, al vernos con frío, en la calle. Otros lo hacen porque les gusta lo que ofrecemos. Y, por último, también están los que nos apoyan cuando logramos cambiarles la cara, hacerles pasar un lindo momento en el subte. Esos son los que más felices nos hacen”. ■