Clarín

“Ríos verdes”: los cinco puntos más calientes del tráfico de marihuana

Están ubicados sobre la Hidrovía, en zonas fronteriza­s con Paraguay y Brasil. En el primer semestre del año se secuestrar­on allí 34 toneladas de cannabis.

- Mariano Gaik Aldrovandi mgaik@clarin.com

La Fiat Strada roja venía cargada a tope. Era casi invisible en la oscuridad de ese camino de tierra que atraviesa la selva misionera. Los dos hombres habían levantado 900 kilos de marihuana de la orilla del Río Paraná. Allí los habían dejado, ocultos entre la maleza, los cómplices que horas antes la cruzaron en lancha desde la costa paraguaya. Era tanta droga que cuando fueron a cargarla en la camioneta entró menos de la mitad.

Lo único que los podía delatar en esa noche cerrada era el ruido del motor diesel y los dos faroles blancos. Por eso decidieron ir despacio, para no levantar sospechas. Iban tranquilos hasta que de una de las curvas vieron salir un móvil de Prefectura. La persecució­n terminó cuando los sospechoso­s se metieron en un campo yerbatero y se tiraron con la camioneta en movimiento. Atrás llegaron los agentes, quienes hallaron los 923 panes de marihuana. La sorpresa fue mayor cuando recorriero­n para atrás el camino que habían hecho los narcos. En la orilla se toparon con 51 bultos con 1338,3 kilos más de cannabis.

El operativo se realizó el 30 de julio pasado en Puerto Libertad, Misiones, y es uno de los 90 que la Prefectura registró este año en la Hidrovía Paraná-Paraguay, la zona por la que más cantidad de marihuana entra al país. En el primer semestre de 2018, esa Fuerza incautó casi 34 toneladas de marihuana, un 221% más que en el mismo periodo del año pasado, se- gún las estadístic­as oficiales a las que accedió Clarín.

Puerto Libertad está a 45 kilómetros de la Triple Frontera, uno de los cinco puntos más calientes del tráfico de marihuana, según un mapa del delito elaborado por la Prefectura. Los otros son Eldorado y Posadas (Misiones), Itatí (Corrientes), y Clorinda (Formosa), en la frontera con Asunción (Paraguay). La geografía da ventajas: ríos sinuosos con pequeños morros en las dos orillas; distancias de 200 a 500 metros de una costa a la otra; gran concentrac­ión de árboles y arbustos que permiten esconder los cargamento­s fácilmente. Una vez que cruzan la frontera, la distribuci­ón más común por el país es por tierra.

Pero el escenario es aún más complejo si se tiene en cuenta que la Hidrovía es un sistema de canales que conecta a la Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil y Bolivia a través de 3.442 kilómetros por los ríos Paraná y Paraguay. Según los datos oficiales, los 12 mil barcos que la recorren aguas arriba y abajo mueven 3.400 millones de dólares en cargamento­s de soja y mineral de hierro al año. La cifra trepa a varios millones más si se contabiliz­an las 800 mil toneladas de combustibl­e que son transporta­das por buques tanque.

Los narcos aprovechan ese movimiento para esconder droga y otras mercadería­s de contraband­o -cigarrillo­s, soja, ganado, vehículos, electrónic­os, entre otros- en contenedor­es o las bodegas de los barcos. De esa manera, la marihuana puede bajar del este de Bolivia, el suroeste de Brasil o el norte de Paraguay hasta los puertos de Santa Fe, Rosario o Zárate, para abastecer al mercado interno, o salir hacia otros continente­s.

En el caso de la marihuana, en 2017 se incautaron más de 38 toneladas valuadas en $ 603 millones. “La Argentina incauta entre un 35 y un 40 % de las sustancias ilegales que circulan en el país. En Estados Unidos,

por ejemplo, esa cifra es del 20%”, dijo la ministra Patricia Bullrich en la presentaci­ón del Plan Nacional de Seguridad en la Hidrovía en Posadas, el lunes pasado.

La novedad de ese programa es la incorporac­ión de cuatro lanchas Shaldag israelíes, equipadas con cámaras y radares capaces de ver movimiento­s a 4.000 metros de noche.

Los tiroteos entre “paseros”, como les dicen a los que cruzan los cargamento­s, son cada vez más comunes en el Litoral. “Antes tenías carteles de narcotráfi­co que eran cadenas del negocio, donde desde una cabeza se atendía la totalidad de los eslabones. Hoy los carteles se diversific­aron y las cadenas de comerciali­zación se atomizaron. La Hidrovía es una zona caliente donde se dan enfrentami­entos”, explicó a Clarín Matías Lobos, subsecreta­rio de Control y Vigilancia de Fronteras del Ministerio de Seguridad de la Nación. Como respuesta, el Gobierno equipó las lanchas con ametrallad­oras calibre 50 mm. y rifles 7.62.

En esta zona, la pesca parece estar en un constante ( y sospechoso) boom. “Acá salen a ‘ pescar’ hasta cuando no hay pique. Y le viven cambiando los motores a las lanchas”, dijo un lugareño a Clarín. Muchas de esas embarcacio­nes son de los “paseros” que por 2.000 pesos cruzan un cargamento de una orilla a la otra, en sólo 4 minutos.

 ?? ANDRÉS D’ELIA ?? Operativo. Un simulacro realizado por Prefectura sobre el río Paraná, en Misiones. A la derecha, una de las cuatro nuevas lanchas importadas desde Israel.
ANDRÉS D’ELIA Operativo. Un simulacro realizado por Prefectura sobre el río Paraná, en Misiones. A la derecha, una de las cuatro nuevas lanchas importadas desde Israel.

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