“José Mármol, el poeta civil de los proscriptos”
Este verano, sentado en una cómoda silla de playa mirando el mar, en uno de los hermosos balnearios que tiene Mar del Plata, volví a leer “Amalia”, escrita por José Mármol, poeta, narrador, periodista y político entre otras cosas. Mármol nació el 4 de diciembre de 1818 y dentro de pocos días se cumple un año más de su fallecimiento, un 9 de agosto de 1871. “Amalia”, es la primer novela romántica en la Buenos Aires de 1800, por su carácter histórico y por la fidelidad que encierra en la descripción de episodios y personajes. La obra con la que mayor exactitud pinta los tiempos de la tiranía de Rosas y evoca los momentos de angustia que por aquel entonces atravesaba el país. Mármol, en su juventud, cursó estudios de derecho que no finalizó. Descolló sobre los poetas de su tendencia, significándose como el de más fuerza expresiva y cuerda más variada. Su misma vida le dio los temas, vivió tan intensamente que sus obras desbordan apasionadamente. Fue el acusador máximo de Juan Manuel de Rosas.
En sus escritos y trabajos periodísticos, en 1839, fue detenido durante seis días con incomunicación y engrillado. Un año más tarde, no hallando segura su vida, se expatriaba en Montevideo. En Uruguay conoce a otros proscriptos que se habían alejado de Buenos Aires por sus inclinaciones políticas contrarias a Rosas, y mantiene una excelente relación con Juan Bautista Alberdi, Florencio Varela, Esteban Echeve- rría, Juan María Gutiérrez y Miguel Cané entre otros, que lo acogieron con simpatía. En Montevideo fundó tres periódicos, el más importante “La Semana”. En 1847 publicó seis cantos del poema “El Peregrino”, completamente autobiográficos y llenos de episodios auténticos. También publicó composiciones líricas, “Armonías”, en 1851. También estuvo exiliado en Brasil, en Río de Janeiro. Fue el creador del famoso poema “A Rosas”, que lo convirtió en el poeta civil de los proscriptos y el creador del mayor anatema lírico del romanticismo social. Después de la Batalla de Caseros volvió a la Patria. En 1854 inició su carrera parlamentaria como senador provincial en la Legislatura de Buenos Aires, fue también diputado del Congreso Nacional, destacándose como un gran orador. En 1858 sucedió a Carlos Tejedor en la Dirección de la Biblioteca Pública hasta su muerte. Dijo Mitre, en sus funerales: “Como correligionario político, como soldado de la falange de poetas, Mármol marchaba a la cabeza de los que consagraron en un tiempo sus cantos a la Patria”. Su sepultura está en el Cementerio de la Recoleta.
Lamentablemente, los libros de Mármol no suelen encontrarse en muchas librerías de nuestro país. Ricardo Bértola rabertola@hotmail.com