La fiscal general de Brasil impugnó la candidatura presidencial de Lula
La funcionaria dijo que es “inelegible” porque tiene condenas. El caso amenaza con llegar a la Corte Suprema.
Apenas había pasado una hora desde el registro de la fórmula Lula da Silva-Fernando Haddad para las elecciones presidenciales de octubre cuando la procuradora general de Brasil, Raquel Dodge, se apresuró a pedir su impugnación. El apuro se ex- plicaba: ella quiere el rechazo de la candidatura del ex presidente lo antes posible y decidió presionar al Tribunal Superior Electoral (TSE) para que se expida rápidamente. Por si quedaba alguna duda, Dodge presentó este jueves un nuevo pedido que “perfecciona” el anterior. Argumenta que Lula es “inelegible” por tener sentencias condenatorias en los juzgados de primera y de segunda instancia.
En verdad, la Corte electoral tiene tiempo de sobra para producir un dictamen. Por la ley, podrá expedirse hasta el 17 de septiembre próximo, el plazo final para que los partidos consigan sustituir los candidatos excluidos por el TSE. Son 48 días, pero la procuradora general quiere que se reduzcan a 7. Algunos políticos se apre- suraron también a presentar sus respectivas demandas contra la postulación del ex mandatario. Es el caso de Kim Kataguiri, militante del derechista Demócratas, y uno de los fundadores del Movimiento Brasil Libre, pionero en la lucha a favor del impeachment contra la ex presidenta Dilma Rousseff. Otro personaje que siguió ese camino es el diputado Alexandre Frota, del mismo partido que el ultraderechista Jair Bolsonaro (el Social Liberal).
Como se podía esperar, el TSE ya produjo la primera resolución contra Lula. Rechazó sin ninguna contemplación el reclamo formulado por la defensa del ex jefe de Estado, para que éste pueda participar con los otros presidenciables en los debates públi- cos por televisión. “Es público y notorio que la segregación impuesta al pretendido candidato, cuyo análisis de viabilidad será oportunamente analizada, proviene de la determinación de la justicia de mantenerlo en prisión”, dictaminó el juez de la Corte electoral, Sergio Banhos.
“Y esta justicia electoral carece de atribuciones constitucionales y legales para intervenir en el ambiente carcelario”, añadió.
Casi con las mismas palabras, el presidenciable de la ultraderecha Bolsonaro decidió presentar su propio recurso contra Lula ante el tribunal electoral. En el documento, el todavía diputado federal dijo que “es de conocimiento general” que el “pretendido candidato” fue condenado por corrupción y lavado de dinero. Por lo tanto, no merece que se acepte su candidatura.
El abogado de Lula en la cuestión electoral, Luiz Fernando Casagrande Pereira, lanzó sus ironías con respecto a la procuradora Dodge: “No habíamos visto a la Procuración ser tan rápida como ahora. Si hubiera tanta celeridad en el sistema judicial para los otros casos, el stock de procesos en Brasil caería a cero”.
La dirección del PT no está del todo disconforme. Evalúan que la posición de Dodge en este asunto “irá a reforzar la idea de persecución judicial contra Lula”. Según indicaron fuentes petistas, la cúpula partidaria quiere fortalecer esa victimización del ex presidente. Eso podría ayudar a transferir votos a la figura reemplazante del dirigente preso: el ex profesor y ex ministro de Educación Fernando Haddad.
Lo cierto es que el caso es un “hierro incandescente” en las manos de los jueces electorales. Tanto que ya hay uno que decidió salir del camino. Se trata de Luis Roberto Barroso, quien también es ministro de la Corte Suprema. Sobre él había recaído el análisis del proceso y las conclusiones. Pero el magistrado, ni corto ni perezoso, pidió ya que designaran a otro. Si, como se espera, la sentencia del tribunal electoral será tomada en conjunto en el plenario de jueces, sin duda habrá filmaciones y coberturas en tiempo real por las emisoras de TV y la prensa internacional. Son pocos, en ese contexto, los que se animan a soportar las presiones. Los episodios por entrega que habrán de deparar las contiendas entre abogados y jueces los próximos días podrían resultar “entretenidos” a no ser por la perversión política que implican suplantar, en el plano de la difusión, el lugar donde deberían tener relevancia los programas y proyectos de los aspirantes al Palacio del Planalto. No es sorprendente, entonces, que los espacios publicitarios en las emisiones televisivas y radiales ocupen más tiempo musical que palabras, con jingles que incluyen desde forró a reggaeton. ■
La posición de la fiscal beneficia la estrategia del PT de mostrar a Lula como víctima judicial.