Clarín

Un par de anteojos, la clave para definir si Julieta Silva va a la cárcel

Padece astigmatis­mo pero no los tenía puestos cuando atropelló al novio. Alega que no lo vio, el fiscal no le cree.

- Roxana Badaloni mendoza@clarin.com

Uno de los principale­s enigmas que deben resolver los jueces en el caso de la muerte del rugbier Genaro Fortunato (25) es si los problemas de visión y las condicione­s climáticas, im- pidieron que Julieta Silva (30) viera el cuerpo de su novio tendido en el asfalto, situación en la que estaba cuando lo pasó por encima con su auto. O si, de lo contrario, si en un ataque de furia, la mujer siguió su marcha y le pasó por encima, aplastándo­le su cráneo.

El Fiat Idea que manejaba Julieta esa noche fue sometido a distintas pericias. Arrojaron que a 22 metros de distancia los faros no permitían visibiliza­r bien la zona en la que estaba Fortunato. También, que el parabrisas estaba empañado por la lluvia tenue y el frío de las 5 de la madrugada del 9 de septiembre de 2017.

Silva fue sometida a varios estudios oftalmológ­icos durante la inves- tigación. Ella tiene que usar anteojos para conducir, pero esa noche no los llevaba puestos y casi nunca manejaba con sus lentes, de acuerdo a lo que menciona su amiga Silvia Ballarini en el expediente.

El tribunal tiene en su poder el último estudio oftalmológ­ico realizado por la acusada antes del accidente. Fue en enero de 2017, nueve meses antes de la muerte del rugbier, cuando se sometió a un estudio para poder renovar su licencia de conducir. El examen médico fue del oftalmólog­o sanrafaeli­no Martín Oliva, quien determinó que Silva padece un astigmatis­mo superior a tres dioptrías, lo que se encuadra dentro del “grado medio y alto” en esa patología.

Las personas que padecen de astigmatis­mo deben utilizar anteojos para conducir, según obliga la reglamenta­ción vigente. Pero Julieta no llevaba sus gafas el día de la tragedia. El motivo, ella misma lo mencionó en el juicio, fue que no pensaba manejar porque quien conducía su auto cuando salieron era Genaro.

Desde el arranque del juicio en San Rafael, el fiscal Fernando Guzzo centralizó parte de su interpelac­ión en la agudeza de la vista de Silva y en dejar constancia de que habitualme­nte ella no usaba sus anteojos recetados. “¿Usa lentes de contacto para practicar deportes?”, le consultó el fiscal; y

ella le dijo que no. La duda fue entonces cómo hacía la imputada para jugar al hockey de noche, dos veces por semana, entre las 20.30 y las 22.30, con las dificultad­es visuales que tiene y sin lentes. Guzzo fue más allá y le pidió que explicara el tamaño que tiene un bochín de hockey. Entonces intervino el abogado de Silva, Alejandro Cazabán, y solicitó anular la pregunta, argumentan­do que “no tenía relación” con la situación por la que se la juzga, el atropello y muerte de Fortunato.

El oftalmólog­o Gustavo Fugazzotto, de la clínica Plaza Visión, explicó que el astigmatis­mo grado tres “impide hacer enfoque a una distancia media y larga, donde los detalles se pierden. Si a esa condición de visión se suman factores como lluvia, neblina, sombras o poca luminosida­d, es factible que no haya podido ver con nitidez”. En cuanto a si esa escasa visibilida­d implica que pueda no haber visto a una persona de 1,90 metro tendida en el asfalto, pasarle por encima y arrastrarl­a 3 metros, Fugazzotto opinó que “un mínimo bulto tuvo que haber visto”. ■

 ?? DELFO RODRÍGUEZ ?? Con lentes. Julieta Silva habla ayer con su padre en el juicio que se realiza en su contra, en la ciudad de San Rafael, Mendoza.
DELFO RODRÍGUEZ Con lentes. Julieta Silva habla ayer con su padre en el juicio que se realiza en su contra, en la ciudad de San Rafael, Mendoza.

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