A pesar de la derrota, agotó todo el cotillón azul y oro
De autor desconocido, la frase “Boca vende cuando gana, pero más cuando pierde” alumbró en la penumbra de alguna redacción, se propagó a estudios de radio, contagió a productores de televisión y enfermó de manera irreversible a los community managers. Ningún registro contable en distribuidoras de diarios y revistas o medidores de audiencia certifica que una derrota genera más entusiasmo que una victoria, pero ahí resiste esa falsa creencia.
A quienes se aferran a la leyenda tal vez los reconforte saber que la bufanda alusiva a la edición número 53 de la Copa Joan Gamper, con los colores y escudos de ambos participantes más la fecha del partido, se agotó. El día del match pedían entre 12 y 15 euros por unidad (arriba de 400 pesos nacionales) en los puestos cercanos al estadio, donde tienen la corrección impositiva de entregar tickets por cada compra.
Las bufandas (scarf en los estadios ingleses) son el distintivo predominante en las tribunas europeas, donde la mayor parte del calendario se desarrolla bajo temperaturas mínimas. No son esos los días actuales, por supuesto.
Entre la invasión boquense a Barcelona y la avidez de los aficionados locales por el merchandising blaugrana, hubo una demanda que superó la oferta.
Ayer las consultas en los distintos shops oficiales del FC Barcelona recibían idéntica respuesta: “No han quedado bufandas”, repetían amables jóvenes, uniformados con ropa de la institución. Tampoco se las podía conseguir en los coloridos locales de la Rambla, donde ofrecen turrones, muñecos de Messi, camisetas, llaveros y toda clase de chucherías. Y no era aconsejable ingresar a esos comercios: por lo general, un perseverante muchacho, de origen indio o paquistaní, perseguía al potencial cliente con tal de venderle, al menos, un imán de la Sagrada Familia. ■